
La novela Los hermanos Karamazov de Fiódor Dostoievski describe la vida de una familia rusa, compuesta por un padre viudo y cuatro hijos. Uno no reconocido, Pável Smerdiakov, criado como hijo del mayordomo de la casa y su mujer. El mayor, Dimitri, es impulsivo. Su vida lo ha llevado a despreciar la existencia propia e insiste con querer quitarse la vida, no sin antes disfrutar del desorden con alcohol, mujeres y ajusticiar a su padre por su conducta entregada a una mujer, que terminaría perjudicando al grupo familiar. Esta es Grucheska. Mujer joven y desprejuiciada; que cautiva al jefe de la casa. Karamazov es padre culto, terrateniente, miembro del ejército, de la alta sociedad, con una inclinación marcada hacia la lujuria.
Aliosha es el menor de los hijos. Discípulo durante mucho tiempo del Stárets Zosima. Este es un guía y consejero dentro de un monasterio ortodoxo. Su vocación religiosa termina por diluirse, sin dejar su condición de buena persona dedicada a practicar el bien en el ámbito de la educación de niños y adolescentes.
Iván, el segundo, es inteligente pero frío. Su mente lo lleva a realizar dentro de la obra literaria de Dostoievski una reflexión minuciosa sobre el bien y el mal, extraída del libro bíblico de Job. A pesar de su ateísmo, Iván medita sobre el contenido del antiguo testamento. En este libro, el Diablo representa el Mal sobrenatural y desafía a Dios.
El célebre escritor Fiódor Dostoievski, pone en la imaginación del lector de su obra "Los Hermanos Karamazov" la tan citada frase de José Hernández en el Martín Fierro: "porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera".
Mal sobrenatural con mayúscula
El papa Benedicto XVI, en su obra Jesús de Nazaret, lo marca en mayúscula según su poder sobre el hombre, pero no sobre la Divinidad. Volviendo al relato de la Biblia que explica Iván Karamazov, Job es un hombre obediente de su Creador. El Diablo pone a prueba al Todopoderoso, pidiendo que haga daño a Job, su hijo fiel, y verá cómo deja de ser leal. Afirma que Job es bueno por conveniencia. "Nadie te sigue por amor" continúa el Diablo. Iván sigue reflexionando detalladamente sobre la presión del maligno y destaca que Job se mantiene perseverante a pesar de perder todo. Sin merecerlo, fue despreciado por sus amigos y hasta por su esposa. "¿Cómo era posible que una persona así fuera castigada por Dios?". "’Algo debería ocultar’, decían". Pero no. No ocultaba nada. Finalmente Dios lo premia por su perseverancia y su amor desinteresado.
Si comparamos la familia de Job con la de los Karamazov, las dos fueron visitadas por el Mal, pero con respuestas diferentes. El anciano Karamazov y su hijo mayor fueron idiotas útiles del Demonio, que terminó por desencadenar el asesinato del viejo Karamazov en manos, aparentemente, de Dimitri, como era lógico. Pero luego se comprueba que Pável es el que mató a su padre. Alioscha era minoría en su familia. Si bien tiene una gran espiritualidad, no puede compararse con la santidad del patriarca Job. Brutalidad, tragedia, lujuria, crueldad y ambición sin límites, predominan en el entorno de los Karamazov. Grushenka es el blanco del acoso obsesivo del viejo Fiódor Karamazov. En cambio Job le cierra las puertas al temido visitante.
Dios permite el libre juego de las libertades. Los Karamazov son transversales a cualquier sociedad sin distinción de raza, partido, credo o clase social. Es la naturaleza humana libre frente a la astucia del Mal. Los idiotas útiles de la maldad argentina muestran su vida íntima de gastos y frivolidad como meritorio. La mayoría democrática los avala, perdona y admira.
Pero a pesar del aparente fracaso, Aliosha Karamazov triunfará, porque Dios resuelve todo en favor de los que lo aman, y el parásito del mal finalmente se perderá. Esta es una visión sobrenatural. La vida no termina con la muerte. El alma continúa. Aliosha finalmente será feliz aquí, en el mundo y en la eternidad. Su familia confundida hará un largo recorrido de dolor para poder recuperar la felicidad de la que ya goza el hijo menor de los Karamazov.
Distinguir el "Mal" del "mal"
La obra de Fiódor Dostoievski muestra la visión teológica del autor, que se revela en la frase de Iván K: "Sin Dios, todo está permitido".
Dice el papa alemán que si bien hay que distinguir el "Mal" del "mal", este último es inseparable del primero. El Mal es espíritu puro que el hombre solo no puede enfrentar y está en el libro de Job. El "mal" en minúscula está representado con frecuencia por el poder político, como en el caso del Imperio romano en la época de Jesús. Buena noticia, el hombre que obedece a Dios no debe temer al Mal mayor. Hoy el mal se ha transformado de diversas formas, en el poder frío del mercado y la ideología del éxito y el bienestar a la cual sólo accede una pequeña élite, mucho peor es el tráfico de armas y de drogas y en el podio de los males humanos está la trata de personas que arrastra a toda la sociedad a ataduras casi imposibles de liberar. Decir en el Padrenuestro "libranos del Mal" es lo único importante en nuestras vidas que abre un horizonte de posibilidades hacia la auténtica felicidad.
Por Alberto Escales
Profesor de Doctrina Social de la Iglesia