Un hombre fue absuelto hoy por un tribunal en el juicio por el crimen de un adolescente colombiano de 17 años, quien en 2018 recibió tres disparos cuando pintaba un grafiti en una pared de un edificio del barrio de Almagro, a pesar de que tanto la fiscalía como la querella habían solicitado que sea condenado a la pena de prisión perpetua al considerar que cometió el crimen con “alevosía”.
Se trata de Cristian José Arbaje (43), quien fue absuelto por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 porteño tras un debate al que había llegado acusado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en concurso real por tenencia de arma de fuego de uso civil, y el veredicto causó indignación entre los familiares de la víctima que lo consideraron “injusto”.
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Arbaje llegó al juicio oral acusado de asesinar de tres disparos a traición a Christian Felipe Martínez Rodríguez, alias Pipe, un adolescente colombiano de 17 años que había pintado un grafiti en la pared de una propiedad lindera a la del imputado.
Arbaje, quien residía en un domicilio lindero al edificio en el que pintaba la víctima, llegó al juicio en libertad e imputado por el delito de “homicidio calificado por el uso de arma de fuego en concurso real con tenencia ilegítima de arma de uso civil”.
En su alegato, la abogada querellante Patricia Apesteguy, quien representa a la familia de “Pipe”, solicitó que Arbaje sea condenado por el delito de “homicidio agravado con alevosía”, es decir, que consideró que el acusado se aprovechó del estado de indefensión de la víctima, por lo que le corresponde una pena de prisión perpetua.
El pedido de la abogada querellante fue acompañado por el fiscal de juicio Guillermo Pérez de la Fuente ante los jueces Ana Dieta de Herrero, Marcelo Bartumeu Romero y Hugo Navarro.
“Solicitamos la ampliación porque lo mató de tres tiros por la espalda, de arriba hacia abajo, de atrás hacia adelante, de derecha a izquierda, a un niño menor de edad indefenso, que no estaba en su propiedad sino en una lindera, y quien además le suplicó clemencia”, explicó Apesteguy.
La letrada afirmó que “Pipe” le dijo a Arbaje “por favor, sólo estoy haciendo un grafiti” antes que el acusado le disparara tres veces.
EL CRIMEN
En el requerimiento de elevación a juicio el fiscal César Troncoso acreditó que el 30 de julio de 2018, a las 4.15 de la madrugada, Arbaje asesinó a Martínez Rodríguez en la terraza de un edificio ubicado sobre la calle Gascón al 1000 de Almagro.
Minutos antes, “Pipe” había subido junto a tres amigos a la terraza del edificio para pintar un grafiti, lo que hizo que, al escuchar ruidos, Arbaje, quien estaba con su mujer y su hija, llamara a la policía, que al no notar nada extraño, se retiró del lugar.
A los pocos minutos, el acusado volvió a escuchar ruidos, por lo que reiteró el llamado a la policía, pero esta vez salió a su balcón y observó a Martínez Rodríguez, quien, tras un intercambio de palabras, en el que la víctima le dijo que sólo estaba haciendo un grafiti, le disparó cuando ya se encontraba sobre un alero, descendiendo hacia la vereda.
Según el fiscal Troncoso, Arbaje “portaba consigo un arma de fuego para la que no se encontraba habilitado legalmente” y con la que hirió de muerte al adolescente con tres impactos que dieron en la rodilla derecha, en el mentón y en el tórax del adolescente, quien cayó a la vereda antes de ser trasladado al Hospital Durand, donde falleció a las pocas horas.
En su alegato, la letrada afirmó que Arbaje “mató a traición y sobre seguro”, mientras que a su vez “no alegó ninguna causal de justificación, sino que lejos de ello, aseguró que en ningún momento abandonó su habitación ya que permaneció en la cama abrazando a su hija, menor de edad, quien incluso rompió en llanto al escuchar un estruendo similar a la detonación de un arma”.
En la terraza donde “Pipe” realizó el grafiti junto a sus amigos la Policía halló una caja de cartón con dos tubos de aerosol, un guante de látex color negro con pintura plateada, mientras que la víctima al momento de ser asesinada portaba un morral con cuatro frascos de esmalte sintético, además de una tarjeta SUBE, un juego de llaves, un encendedor y dinero en efectivo.
En tanto, en la vivienda del acusado los efectivos policiales secuestraron varias municiones calibre .22 corto y largo, el mismo calibre de los proyectiles que impactaron en el cuerpo de Martínez Rodríguez, y un arma de aire comprimido
QUIÉN ERA PIPE
“Pipe” nació el 18 de junio de 2001 en la ciudad colombiana de Bogotá, donde a partir de los 8 años comenzó a interesarse por el arte y especialmente por la pintura, por lo que se inscribió en un programa para el desarrollo social y cultural para niños y adolescentes que había en su barrio.
A sus 14 años, “Pipe” viajó a la Argentina junto a su madre y hermana, donde además de estudiar en el colegio secundario repartía su tiempo entre su trabajo en una barbería y su pasión, pintar grafitis.
“Cuando él se sentía feliz o triste iba a pintar grafitis. Era su forma de expresarse, dibujando o escribiendo ´Teur´, con el que definía sus estados de ánimos con los colores que utilizaba para hacer el grafiti. Le gustaba todo lo que tuviera que ver con arte, sabía de muchas cosas porque mantenía informado”, relató la mujer.
Al respecto del significado de la palabra “Teur”, Juliana aseguró que su hermano le contó una vez que “al revés significaba ´arruinar´ y era una forma de expresar las injusticias, la reprensión a los jóvenes, los gobiernos que arruinaban a la sociedad, lo que generaba cualquier injusticia”.
“Quisiera que todo fuera un mal sueño despertarme y estar con ´Pipe´”, expresó, al tiempo que añadió que su hermano menor “era el hombrecito de nuestras vidas”.
“Lo extrañamos cada instante y es un dolor inmenso. Que nada lo va a reparar”, concluyó Juliana.
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