Por lo general, a la región de Palestina se le conoce como la tierra de los filisteos. En este sentido, Filistea en hebreo es un derivado de la palabra Pelestim, denominación que recibía esta región. Como Filistea o tierra de filisteos. La frontera de Palestina o Filistea no estaban bien determinadas, de igual manera, la cantidad de tierras que tenían los filisteos no se sabe con exactitud, puesto que estos permanecían en constante guerra con la gente de Israel. De tal manera que ambos pueblos querían dominar completamente el territorio, enfrentándose en múltiples ocasiones.

Un ejemplo de esto se puede encontrar en el relato de David contra Goliat, en donde el primero representaba a los judíos. Mientras que Goliat era uno de los jefes de los pueblos filisteos. Los romanos pusieron fin a esta disputa, llamando Palestina a todo el territorio y estableciendo la capital de la región en Jerusalén.

El 14 de mayo de 1948, el último de los soldados británicos abandonó Palestina y los judíos, liderados por David Ben-Gurión, declararon en Tel Aviv la creación del Estado de Israel.

El emperador romano Adriano fue el primero en hacer uso oficial del nombre "Palestina" para referirse a la región entre el río Jordán y el Mediterráneo. Para asegurar el fin de la resistencia judía al Imperio romano, no sólo sofocó su revuelta y los obligó a exiliarse, sino que desmanteló la provincia de Judea, como se llamaba entonces, y la rebautizó como Palestina. Este nombre fue tomado de los escritos del historiador griego Heródoto, en referencia a la "Pleshet" bíblica y egipcia o tierra de los "filisteos" en la costa sur (cerca de la actual Gaza). Durante los siglos siguientes de dominación árabe y otomana de la región, dejó de llamarse Palestina y pasó a ser la parte meridional de "Al-Sham", o la gran Siria (el territorio que ahora reclama el Estado Islámico).

La llegada de los árabes 

En realidad fueron los árabes los conquistadores de Siria y Palestina. La conquista árabe inició mil trescientos años de presencia musulmana en Palestina, un territorio sagrado para los musulmanes porque el profeta Mahoma había designado Jerusalén como la primera quibla, dirección hacia la que los musulmanes deben dirigir sus plegarias; si bien posteriormente y hasta la actualidad, la oración debe efectuarse con los fieles orientados hacia la ciudad de La Meca. Finalmente fue el Imperio otomano quien conquistó esos territorios.

El dominio británico

Después de la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones estableció que el Reino Unido ejercería la administración territorial de Palestina asociado a los franceses, hasta que se retiró en 1948. Las décadas de mandatos francobritánicos en Oriente Próximo supusieron un germen del conflicto actual entre Israel y Palestina. La promesa que los británicos hicieron a los dirigentes árabes, en especial a través de la correspondencia mantenida (1915-1916) con Husein Ibn Alí, gran jerife (perteneciente a la familia de Mahoma) de La Meca, de conceder la independencia de sus territorios, tras la conclusión de la Primera Guerra Mundial, permitió la expulsión de los turcos (Imperio otomano), de Palestina entre 1917 y 1918. Los británicos, sin embargo, no mantuvieron sus promesas a los árabes. 

Así, en el tratado secreto Sykes-Picot firmado con Francia y Rusia en 1916, Gran Bretaña se comprometía a dividir y gobernar la región con sus aliados. Posteriormente, a través de la Declaración Balfour (1917), Gran Bretaña declaró que: "El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina…". Muchos quizás vieron la película "Lawrence de Arabia", basada totalmente en los acontecimientos históricos de aquella época. 

CONCLUSIONES

Después de la Segunda Guerra Mundial, la lucha por el control de Palestina, que se mitigó durante la Segunda Guerra Mundial, se reanudó en 1945. El Holocausto despertó la simpatía mundial por los judíos europeos y por el sionismo, y, a pesar de que el Reino Unido aún rechazaba admitir a 100.000 judíos supervivientes en Palestina, muchas víctimas de los campos de concentración nazis consiguieron entrar ilegalmente. 

Varios planes para resolver el problema palestino fueron repudiados por ambas partes. Finalmente, los británicos declararon el Mandato impracticable y traspasaron el problema a la recién creada Organización de las Naciones Unidas en abril de 1947. Judíos y árabes se prepararon para un enfrentamiento. 

El 14 de mayo de 1948, el último de los soldados británicos abandonó Palestina y los judíos, liderados por David Ben-Gurión, declararon en Tel Aviv la creación del Estado de Israel. Este hecho histórico se logró después de más de sesenta años de esfuerzos políticos y diplomáticos por parte del sionismo para establecer una nación soberana en la que consideraban que era su patria, la antigua Tierra de Israel, también conocida como Palestina desde los tiempos del Imperio romano.

 

Por Jorge Reinoso Rivera
Periodista e Historiador