Se respira tensión en las salas de cine. Apenas empieza Cuando acecha la maldad le hace honor a su nombre. La piedad no existe en ningún segundo de sus 100 minutos. Ni siquiera los más avezados en el horror encuentran una zona de confort. Hay sustos de día, de noche, en interiores y exteriores; con niños, adultos, ancianos y animales. Todo funciona con una mala saña brutal.
La crítica internacional se rindió ante esta película argentina. Según el sitio Rotten Tomatoes, el 99% de las reseñas fueron positivas y los especialistas coincidieron en que se trata de una de las realizaciones más perturbadoras de los últimos tiempos; un logro que se vio reflejado en el Festival de Cine Fantástico de Sitges, donde se convirtió en el primer film latinoamericano en ganar como “Mejor película”.
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Además, marcó un hito para la industria nacional porque fue estrenada en 670 salas de los Estados Unidos -una cifra que triplicó el récord que ostentaba Relatos Salvajes (2014)-.
Como había hecho con Aterrados, el director Demián Rugna concibió terror for export. Ningún espectador queda indiferente ante el espanto que se presenta en pantalla. El campo argentino y la idiosincrasia criolla crean el contexto ideal para una producción que se escapa de los cánones y destroza los lugares comunes del género. Y los destroza en serio. De un mordiscón, un hachazo y otras formas que no se imaginan.

El disparador del horror es “un embichado” y la trama pareciera encarnar eso que cantaba Ricardo Iorio en “Muere Monstruo muere” -el relato rural que abre el último disco de Almafuerte-. Los pueblerinos lo saben: sacrificar a ese hombre que ruega por un balazo en la cabeza podría ser un error, antes deben cumplir algunas reglas si no quien liberar al demonio y que su reinado se expanda.
Por el momento, hay un solo logro que le falta cumplir a Cuando acecha la maldad: alcanzar el éxito en su país de origen. La buena noticia es el recibimiento que tuvo en el festival de cine de Mar del Plata donde agotó entradas y cientos de personas pusieron un grito en el cielo porque se quedaron afuera. Desde el jueves 9 de noviembre, tienen la chance de verla. No van a salir igual que cuando entraron al cine.
Mano a mano con Demian Rugna, director de “Cuando Acecha la maldad”
Demián Rugna forma parte de una generación de cineastas argentinos que se metieron de lleno en el cine de género fantástico. En diálogo con TN Show, el realizador habla sobre el desafío que fue filmar Cuando acecha la maldad y el reconocimiento que está teniendo a nivel mundial.
- ¿Cómo te sentís con el fenómeno que se generó alrededor de la película?
Lo que está pasando es una locura para mí. Pensá que mis tres primeras películas pasaron totalmente inadvertidas y tuvieron mucho esfuerzo detrás. Ya transcurrieron 15 años, conseguir este reconocimiento es un sueño.
- Una de las cosas que me sorprendió es que la película te golpea todo el tiempo, no da tregua. ¿Cómo trabajaste el terror?
Simplemente me siento a escribir y trato de crear algo que no haya visto. Busco la forma de darle algo fresco al género. Y eso es lo que la gente recibe y lo que a la gente le atrapó: una propuesta nueva. Tengo la suerte de que la gente la entendió, es algo que no siempre pasa cuando buscás hacer algo disruptivo.
- La sensación es que lograste dar otro paso gigante en tu carrera después de Aterrados, que también fue un suceso para el cine fantástico nacional
Sí, es un paso más. Involucró efectos que no se hicieron nunca en la Argentina y es muy truculenta. La maldad persigue a los protagonistas de una forma salvaje y violenta, y también busqué la forma de meterme en su psicología, escarbar en sus fantasmas. Hice algo jugado y eso fue lo que se celebró afuera.
- Más allá de los premios y la distribución, me imagino que como amante del terror debe ser muy fuerte el reconocimiento de tus colegas. James Cameron fue a ver tu película, Andy Muschietti no se la quiso perder y James Wan te felicitó por las redes.
Crecí viendo Aliens y Terminator de James Cameron. Que él haya pagado para ver una película mía, me parece increíble. A Andy y Bárbara Muschietti los invité a ver la película a Los Ángeles y les encantó. Cuando fui a la casa de él, me contaba los planos con lujo de detalles. ¡Me daba mucha vergüenza! Es un crack que está jugando el Mundial, yo apenas estoy jugando en primera y el tipo habla de mis planos.

- Vos venís de muy abajo, cómo es empezar a jugar en primera...
En realidad es un desafío mayor cuando no tenés el dinero. Al menos desde la visión de un director la presión es menor si tenés las posibilidades de hacer las cosas como querés. Cuando acecha la maldad es una película mucho más compleja y más difícil que Aterrados, pero tuve la posibilidad de filmar durante 40 días, casi el doble. Difícil fue filmar No sabés con quién estás hablando, porque no tenía recursos y tuve que hacer un Titanic con nada.
- ¿Qué te sorprendió del recibimiento que tuvo en el exterior?
La sensación de ir a un estreno en los Estados Unidos y que toda la audiencia esté leyendo subtítulos, aceptando nuestra identidad como argentinos, es algo increíble que nunca imaginé que iba a vivir. Creo que después de lo que pasó con Parasite, los yanquis como que empezaron a aceptar los subtítulos y creo que la pandemia también fue un escenario propicio para eso.
- Hay una remake de Aterrados en camino. ¿Puede pasar lo mismo con tu última peli?
- Con Aterrados se vencieron los plazos para la remake y se canceló el contrato, pero por suerte tenemos un nuevo acuerdo con otros productores importantes. En algún momento del año que viene se va a anunciar. Y también a Cuando acecha la maldad le están sacando los ojos afuera, quieren hacer su versión. Le está yendo muy bien, en el exterior había mucha expectativa sobre cuál iba a ser mi nueva película.
- Formás parte de una generación de grandes directores argentinos de cine de género como Javier Diment, Daniel De la Vega, Nicanor Loreti, Pablo Pares... ¿Creés que tu película puede ser la que termine de seducir a los espectadores argentinos a ir a las salas a ver este tipo de propuestas nacionales?
- Mencionás a gente muy talentosa, yo creo que formo parte de una generación que siempre estuvo empujando. Es muy importante que la gente vaya al cine a ver este tipo de películas. Les puedo asegurar que van a ver un cine sin ningún tipo de concesiones.