Marcos Rojo fue la ausencia más importante que tuvo Boca en la final de la Copa Libertadores. El capitán del equipo había sido expulsado en las semifinales ante el Palmeiras y perdió la chance de estar en el gran encuentro que se disputó en el estadio Maracaná y que terminó con victoria del Fluminense por 2-1.
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“Los más grandes que tenemos (en el plantel) lo hacen de maravillas, con errores y virtudes porque son personas, pero les encanta competir y mucho”, dijo el vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme, en una conferencia de prensa que dio este lunes en el predio del club en Ezeiza.
Luego de ese reconocimiento a los referentes del equipo, puntualizó específicamente en Rojo: “Marcos estuvo tres días sin dormir, no le entraba en la cabeza que se perdía la final”.
“Gritaba, saltaba y no sabía que hacer, a ver de qué manera podría ayudar a sus compañeros porque no le tocaba estar dentro de la cancha”, agregó sobre el calvario que vivió el defensor en los días previos al partido por el título.
