El amor que los animales pueden despertar en los seres humanos es increíble y a veces, hasta poco razonable. Aunque generalmente los animales preferidos de los niños son los perros y gatos, Martina Narváez, una pequeña rawsina, adoptó a una gallina como su mascota. Tanto, que hasta le pusieron nombre: se llama Filomena, duerme en la cama, le pinta las uñas y le canta canciones para hacerla dormir.
"Somos una familia muy ‘animalera’ pero nunca tuvimos ni pensábamos tener una gallina como mascota. Ahora es una más de la familia", expresa Alejandro Narváez.
¿Cómo llegaron adoptar a la gallina? El hombre explicó que hace un año una familia amiga, oriunda de Perú, decidió volver a su país y le regalaron sus gallinas. Como eran muchas fueron a parar al gallinero a la casa de sus suegros, a excepción de quien es hoy su mascota: es que "Filomena" siempre fue apartada por el resto de las gallinas, incluso su anterior dueña ya la venía criando de manera especial.
EL FUERTE VÍNCULO CON MARTINA
Martina, que por ese entonces comenzaba a caminar, fue quien entabló el vínculo más especial con la gallina. "Son inseparables. En ese momento la gallina la seguía, se le subía encima, Marti la alza y la gallina se le duerme en los brazos", contó el papá de la pequeña. Tanto es el cariño que le agarró la familia que estuvo durante varios meses durmiendo en la cama, hasta que ella misma decidió dormir en un patio pero lejos de dormir en un gallinero, lo hace en una maceta.
Alejandro insiste en que la gallina no tiene comportamientos como tal. Juega junto a los perros y gatos que hay en la casa y hasta come el alimento de esos animales. Romina, la mamá de Martina, es quien se encarga de limpiar el excremento del animal, mientras que Lisandro, el hermano mayor de Martina, también colabora con la limpieza de la mascota. Todos en la familia le tienen un cariño más que especial a "Filomena".
Martina además de cantarle canciones y pasearla en su autito, hasta le pinta las uñas con esmalte de juguete y "Filomena" se queda quieta para acceder al pedido de su dueña. Hace poco a Martina le regalaron un juego de doctora y lógicamente que Filomena fue su paciente más especial.
"El veterinario nos dijo que generalmente la vida de una gallina dura entre 5 y 6 años, nosotros sabemos que Filomena más o menos tiene unos 3 años pero no pensamos en eso, le damos mucho cariño y amor para que nos dure mucho tiempo", expresó Alejandro. El hombre contó que los vecinos del barrio en esa zona del Medanito, le brindan cariño a la gallina. En su carnicería los clientes hasta se animan a alzar al animal. "Ojalá nos dure mucho tiempo más, Filomena es la mascota más especial que tenemos", comentó.