La nuestra es una historia de lucha incansable por la visibilidad y nuestros derechos. Ser del colectivo LGBTIQ+ en un mundo heteronormado requiere de una acción constante, cotidiana e inmarcesible para conquistar derechos, sostener lo conquistado y ampliar propuestas de transformación cultural. Aún no hemos llegado, seguimos yendo y este gerundio es una invitación. Resultado del esfuerzo, el trabajo y los riesgos que otras y otros corrieron cuando simplemente “ser” implicaba per se un desafío frente a normas que estigmatizaban y avalaban la discriminación, la invitación es a sostener banderas y continuar andando.
Orgullo
El Día Internacional del Orgullo, también conocido como Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ y otras variantes, es un día que se celebra cada 28 de junio en muchos países del mundo, en conmemoración de los hechos ocurridos en Stonewall en el año 1969. Un hito fundador de la rebelión contra la opresión social e institucional hacia las personas LGBTIQ+. En un bar de Nueva York llamado "Stonewall Inn", concurrido por hispanos, afros, homosexuales, lesbianas, trans y drag queens, la policía llevó a cabo una de las tantas redadas que respondían a leyes prohibitivas que imponían la heteronorma y censuraban entre otras cosas vestir ropas consideradas para el género opuesto. Esa noche, sin aviso previo, la policía intentó detener a las y los presentes como ocurría usualmente. La indignación y bronca acumulada ante estos abusos de poder fue tal que se negaron a la detención. Se corrió la voz con respecto a que “Stonewall Inn” estaba siendo allanado, y empezó a reunirse gente en las inmediaciones. Ante las golpizas y detenciones arbitrarias por parte de la policía, comenzaron los insultos, los piedrazos, las corridas al grito de “gay power”.
Los enfrentamientos duraron aproximadamente dos días y fueron tapa de diarios. Si bien Stonewall es tomado como la primera protesta masiva, ya había grupos organizados en diferentes partes del mundo.
Del orgullo en Argentina
En Argentina la agrupación Nuestro Mundo surge en 1967 y se la reconoce como el primer grupo de diversidad sexual de América Latina. Desde sus boletines y publicaciones invitaba a la liberación homosexual. En los años 70 y a partir de dicha agrupación, nace el Frente de Liberación Homosexual que generó el manifiesto político “Sexo y Revolución”. En dicho frente se reunieron grupos y organizaciones de homosexuales y lesbianas con distintas ideas políticas, posiciones y propuestas pero con un objetivo común: la incorporación de las temáticas vinculadas a la diversidad sexual a la agenda pública y política.
En 1984, en el marco de la vuelta a la democracia, los activistas Carlos Jauregui y César Cigiutti formaron la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) con el objetivo de luchar contra la represión y los edictos policiales heredados de la dictadura militar. Ellos fueron los impulsores de la primera marcha junto a las organizaciones Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA), Transexuales por el derecho a la vida (TRANSDEVI), Grupo de Investigación en Sexualidad de Investigación Social (ISIS), Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) y Convocatoria Lesbiana. Con el tiempo, se sumaron nuevas agrupaciones que reflejaban la diversificación de las identidades.
La primera Marcha del Orgullo en nuestro país se desarrolló el 2 de julio de 1992, la cantidad de personas que participaron podían contarse con solo dar un vistazo, muchas de las cuales llevaban máscaras de cartón para evitar su reconocimiento. Bajo la consigna de "Libertad, Igualdad, Diversidad" la primera Marcha fue convocada en Plaza de Mayo y se dirigió al Congreso. Desde aquel momento se constituyó en un acto público de suma importancia para la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersex y queer, sosteniéndose todos los años. Allí se visibilizan identidades, se celebran conquistas y se ponen de manifiesto los reclamos.
Las organizaciones sociales y quienes se autoconvocan salen a las calles y multiplican sus voces. En Argentina en 1997, se consensuó que la Marcha del Orgullo se realice en noviembre. El cambio de fecha coincide con el mes en que se fundó el colectivo Nuestro Mundo: la primera organización disidente de nuestro país y de América Latina, fundada un 1ero de noviembre de 1967. El clima y las bajas temperaturas acompañaron los argumentos para considerar una época del año más amigable al momento de reunirse al aire libre y en el espacio público.
¿Por qué orgullo?
La noción de orgullo surge en contraposición a la presión de una sociedad hetero- cisnormativa que promueve el rechazo y la violencia hacia toda persona que no se ajuste a su moral, lo que deriva en la “obligación” de avergonzarse, esconderse y replegarse vivida por las personas del colectivo LGBTIQ+. La heteronorma, el patriarcado y el machismo siguen imponiendo su modelo desde la cuna. Ya sean cuestiones relacionadas al sexo biológico, a la orientación sexoafectiva, a la identidad de género, las disidencias identitarias despliegan una contracultura que aún requiere de valentía, lucha y determinación.
Aún hoy las personas siguen sufriendo agresiones por su orientación sexual o identidad o expresión de género, real o atribuida. En ese sentido la Marcha del Orgullo da la oportunidad de visibilizar el estado de situación. Es también una oportunidad para celebrar avances en materia legislativa y demandar aquellas modificaciones que faltan en las políticas vigentes. Los derechos nunca deben darse por supuestos. También habilita a que quienes aún tienen prejuicios puedan revisar y modificar sus modos de pensar con respecto al colectivo de la diversidad y colabora con el empoderamiento de las personas convocadas. Según Amnistía Internacional, estas cuestiones deben ser consideradas al analizar esta manifestación a nivel internacional.
Reunirse con otras personas con consignas comunes haciendo uso del espacio público es un gesto político y cultural y un ejercicio de derecho y ciudadanía. El CELS, Centro de Estudios Sociales y Legales, considera que “la consolidación progresiva del régimen democrático y la vigencia del estado de derecho vinieron acompañadas de una presencia importante de la protesta en la vida política. Ese doble proceso hace que la pregunta sobre la respuesta estatal se haya vuelto ineludible y por momentos, central; sobre todo por el peso que tiene la cultura de los derechos humanos”. Las necesidades y los derechos del colectivo LGBTIQ+ en el marco de los Derechos Humanos son cuestiones de estado, materia de legislación y de transformación social y cultural.
Cuando la acción colectiva toma las calles la resonancia supera a quienes allí se encuentran, algo trasciende, se inscribe incluso en aquellos que no asisten pero comulgan con las consignas de turno y en quienes por oposición chistan desde una ventana o desde el sillón.
Misma lucha en nuevos contextos
Existen más de 60 países a nivel global que penalizan las relaciones consensuales entre personas del mismo sexo con cárcel, tortura e incluso la muerte.
Tantos años después de remotas efemérides pareciera no alcanzar. Hoy en nuestro país el hecho de recordar se impone necesario ante un contexto tan torpe como peligroso. Hoy sigue siendo imprescindible visibilizar las opciones disidentes, contraculturales, diversas. Cada subjetividad tiene derecho a encontrarse en un cuento, en la historia, en las miradas amorosas de su entorno. Todo aquello que aún falta de transformación cultural se encuentra además con un contexto actual que habilita la palabra desinformada, el odio por el odio, la violencia de la discriminación, la intolerancia de la burla. Este es un presente que requiere de posiciones claras, de expresiones colectivas e individuales, donde no dejemos pasar siquiera el chiste ocurrente reflejo de la matriz discriminatoria. Hoy, cuando aún los golpes hieren mucho más que el cuerpo amanerado de un varón, cuando los suicidios siguen dejando la huella de identidades silenciadas, cuando los crímenes de odio suman titulares en el mundo, cuando las urnas coleccionan votos para discursos que atrasan, hoy es imprescindible salir y decir, mostrarse orgulloso de las opciones ser, de desear y de amar.
La memoria es la llave que nos permite reconocer que “seguimos siendo” en este contexto y que estamos aquí gracias a que otras y otros estuvieron antes. Ya sin máscaras, con la mirada al frente y la convicción de lo andado. Falta sí. Pero seguimos. Urge sí. Pero estamos. A veces duele, sí. Pero marchamos. A veces parecen invisibilizarnos, si. Pero gritamos.
El psicólogo Gabriel J. Martín señala en una de sus publicaciones: "Hay tantos días del Orgullo como personas lo quieran vivir, pero todos los Orgullos tendrán algo en común (...) debería ser un día para recordar que nadie debe ser jamás discriminado. Y también un día en el que fuese muy visible lo diversos que somos los seres humanos".
Saliendo a la calle y expresándonos seremos el trazo de los próximos, de aquellas y aquellos que seguirán llegando y sumarán sus pasos.
● Este año la Marcha del orgullo será el sábado 4 de noviembre desde las 11 hs.
* Emiliano Samar Docente, Actor, Director de Teatro, Investigador.
Referente en Diversidad Sexual, Géneros y Educación
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