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Sin combustibles tras trece años de déficit energético

Domingo, 29 de octubre de 2023 03:01
 Sin combustibles tras trece años de déficit energético  Sin combustibles tras trece años de déficit energético

El significativo faltante de combustibles que ayer se verificaba en todo el país había comenzado a percibirse mucho antes en las provincias y en el campo. La crisis del gasoil de 2022 también afectó especialmente a la región norte del país y a la actividad agropecuaria. Esto es el resultado de dos décadas de políticas energéticas claramente regresivas.

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El significativo faltante de combustibles que ayer se verificaba en todo el país había comenzado a percibirse mucho antes en las provincias y en el campo. La crisis del gasoil de 2022 también afectó especialmente a la región norte del país y a la actividad agropecuaria. Esto es el resultado de dos décadas de políticas energéticas claramente regresivas.

Esta carencia pone en evidencia, una vez más, que ningún país se desarrolla con parches. La promocionada eficiencia del yacimiento Vaca Muerta, que este año habría permitido al país alcanzar un nivel de producción de petróleo equivalente al de 2008, no impidió la crisis de estos días. De hecho, las autoridades estiman que el abastecimiento recién se normalizará en los próximos diez días.

El gobierno buscó alguna explicación psicológica del problema, algo así como "la sensación de desabastecimiento", a despecho de las colas de dos y tres horas de miles de automovilistas y transportistas para llegar al surtidor. La realidad es otra: hay tres barcos con combustibles que esperan que lleguen los dólares para desembarcarlos en nuestro puerto y las autoridades prometen importar otros diez buques.

Pero la fragilidad cambiaria, la falta de dólares y la endémica y distorsiva estrategia de "precios justos" se combinan para mostrar la fragilidad estructural y la falta de visión de futuro en las políticas energéticas iniciadas en 2006 por Néstor Kirchner cuando, apostando al proyecto bolivariano, congeló el precio de los fluidos en boca de pozo; redujo, en consecuencia, el volumen de la producción y encadenó al país a un régimen de importaciones y tarifas que se volvió insostenible. Esa fórmula solo podía terminar mal. De hecho, la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro se convirtió en el único Estado petrolero fallido del mundo.

A la Argentina no le fue tan mal, pero en este nuevo congelamiento de precios ni siquiera YPF pudo cumplirlo hasta el martes, tal como se habían comprometido las empresas.

El atraso cambiario siempre se hace sentir. En el primer semestre, los precios de los combustibles aumentaron 65% promedio, contra una inflación de 103,2%.

El viernes, las entidades agropecuarias denunciaron falta de combustibles, precios discriminatorios, con cupos para la venta y el cierre de estaciones de servicio en algunas provincias. "Sin combustible no hay producción", advirtieron. Confederaciones Rurales Argentinas fue categórica: " Con la logística basada en fletes por camión y una matriz productiva netamente agropecuaria, la falta combustible genera un caos productivo". En Salta, ya en abril, la paralización de la destilería de Campo Durán anticipaba la nueva crisis energética.

En el área de frontera, la fuerte demanda de usuarios extranjeros agota nuestra capacidad de oferta. En dólares, el litro de nafta en Uruguay cuesta US$ 1,97 y el de gasoil US$ 1,48. Mientras que en Argentina el litro de súper es de US$ 0,91 y el de gasoil US$ 0,99. Los precios internos están atrasados: pese a que el petróleo es una commodity, el barril local cotiza a US$ 56 dólares, frente al internacional que está alrededor de los US$ 85.

Por ese camino, Argentina importó este año por US$ 4.386 millones y exportó por US$ 2.921. El déficit, de US$ 1.465 millones se ubica 60% por debajo del correspondiente al mismo período del 2022. Un déficit crónico desde 2011.

Es simple, faltan nafta y gasoil por escasez de divisas, hay baja producción y aumento de la demanda.

Estamos ante un fenómeno macroeconómico de magnitud.

El desabastecimiento de combustibles es, claramente, otra secuela de la intromisión inexperta y nociva del estado en la Economía, con consecuencias arrasadoras para el sistema productivo y la calidad de vida de la gente.

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