Argentina es el país en el que una mayor proporción de la población desconfía de los políticos, en una lista elaborada a partir de una encuesta anual de la francesa Ipsos en la que también aparecen en el grupo de cola España, Perú o Colombia.
Los países con el menor porcentaje de entrevistados que confía en los políticos de los 31 a los que el instituto demoscópico somete a estudio son Argentina (6%), Polonia (7%), Hungría (7%), España (8%), Chile (10%), Bélgica (10%) y Sudáfrica (10%).
Todos ellos están netamente por debajo de la media del 14% y, a la inversa, allí también se dan los mayores porcentajes de los que desconfían de los políticos: un 80% en Sudáfrica, un 79% en Argentina, un 77% en Perú, un 76% en Colombia, un 75% en Polonia, un 74% en Rumanía, un 73% en Chile y un 72% en España.
Los políticos son, dentro de las 18 profesiones sometidas a escrutinio, los que generan más animadversión en la inmensa mayoría de los países de la muestra (63%), seguidos relativamente de cerca por los ministros y miembros de gabinetes ministeriales (55%), y de los ejecutivos de empresas publicitarias (46%).
El único país latinoamericano en el que el rechazo a los políticos está por debajo de esa media es Brasil, donde a pesar de todo, sólo un 15% de las personas consultadas aprecia a los políticos y un 66% los rechaza.
En el otro extremo de la balanza, las profesiones mejor valoradas son los médicos (con un nivel de confianza del 58% globalmente), los científicos (57%), los profesores (53%) y los miembros de las fuerzas armadas (42%).
Las encuestas de los últimos años muestran que esa alta confianza en los profesionales médicos alcanzó un pico en 2021 (64% de confianza), un año en que estaba muy presente el impacto de la pandemia de la covid-19.
Para los políticos, la mala consideración que tiene la población ha disminuido ligeramente, teniendo en cuenta que en 2018 únicamente un 9 % de la población en el conjunto de los países donde se hizo la encuesta les tenía confianza.
- Rescatar a las instituciones
La crisis de la democracia, en especial en Latinoamérica, ha llevado a gobiernos de los distintos países, ideologías destructivas que van en contra de los valores morales que en la lucha por la independencia, forjaban los libertadores de América. En la actualidad, los pueblos del continente junto a sus gobernantes tienen que despertar al concepto básico de la vida en libertad, en el respeto de las instituciones y en el diálogo para zanjar controversias. En ese sentido, el cimiento fundamental en el que se deben acentar las bases de sociedades democráticas es sin dudas la educación. Mejorar cada vez más la educación inicial, primaria, secundaria y universitaria son fundamentos vitales para el crecimiento de los pueblos. Educar al soberano es la tarea que los ciudadanos de las distintas naciones deben imponer en la agenda política como primera medida y los demás valores morales, con el fin de lograr una vida digna y desterrar los altos grados de pobreza y miseria de las comunidades.
Por Agencia EFE