Yocheved Lifschitz es una de las cuatro personas liberadas por Hamas después de que el grupo militante secuestrara a más de 200 desde Israel y las llevara hacia Gaza. Quedó en libertad junto a otra rehén, Nurit Cooper, en la noche del lunes. Las israelíes-estadounidenses Judith y Natalie Raanan, madre e hija, habían sido liberadas el pasado viernes.
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Yocheved Lifschitz es una de las cuatro personas liberadas por Hamas después de que el grupo militante secuestrara a más de 200 desde Israel y las llevara hacia Gaza. Quedó en libertad junto a otra rehén, Nurit Cooper, en la noche del lunes. Las israelíes-estadounidenses Judith y Natalie Raanan, madre e hija, habían sido liberadas el pasado viernes.
En una rueda de prensa desde el hospital de Tel Aviv donde se recupera, la mujer de 85 años ofreció este martes su testimonio con la ayuda en la traducción de su hija Sharone Lifschitz. La anciana dice que pasó “por un infierno” y describió cómo sufrió heridas y tuvo dificultades para respirar mientras la llevaban hacia la red de túneles secretos de Hamás debajo de Gaza.
Madre e hija celebraron su reencuentro, pero afirman que esto no acaba hasta que liberen a los más de 200 rehenes que permanecen secuestrados. Entre ellos, Oded Lifschitz y Amiram Cooper, esposos de Yocheved y Nurit.
El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamas, dice que más de 5.000 personas han muerto en la Franja desde que Israel respondiera con una fuerza masiva al ataque coordinado y sin precedentes que el grupo militante radical lanzó contra este país el pasado 7 de octubre. Más de 1.400 personas murieron en ese ataque de Hamas en Israel.
La voz de Lifschitz es uno de los primeros relatos de las personas que fueron secuestradas por el grupo militante radical.
"Enorme red" de túneles subterráneos
Lifschitz confirmó que los rehenes capturados por Hamas, o al menos parte de ellos, se encuentran en algún punto de la extensa red de túneles subterráneos que es clave para la estrategia militar del grupo y una pesadilla para Israel. En la rueda de prensa, la anciana dijo que sus captores la introdujeron en Gaza a través de una puerta después de secuestrarla desde el kibutz Nir Oz en el sur de Israel.
Añadió que el gobierno israelí gasta millones para proteger la valla que separa a su país del territorio gazatí, pero que no hizo nada para evitar que Hamás penetrara.
La hija de Yocheved, Sharone, ayudó a su madre a contar su vivencia. Confirmó que fue llevada en una motocicleta y, para explicar sus heridas, dijo que había sido golpeada con varas.
Además de Yocheved, otros 24 rehenes fueron llevados a los túneles. Tras caminar dos o tres horas sobre un suelo “suave y húmedo” separaron a cinco personas de su kibutz hacia una habitación aparte.
Describió la estructura subterránea como “una red enorme” y la comparó a “una telaraña”.
Lifschitz dice que había un guardia para cada una de las cinco personas secuestradas en su grupo. “Se ocuparon de todo detalle”, incluyendo mujeres que sabían sobre “higiene femenina”, dijo.
Los alimentaban con queso y pepino, lo mismo que comían sus captores. La mujer describió como limpias las condiciones en que fue retenida.
Dice que dormían sobre colchones en el suelo y que un doctor los visitaba cada dos o tres días, incluyendo un paramédico que les traía las medicinas que necesitaban.
Un rehén que sufrió heridas graves en un accidente de moto mientras lo llevaban a Gaza fue tratado por sus lesiones.