Si bien en Río Cuarto no se conoce la novedad, hace dos semanas se abrió sumario administrativo en contra del fiscal de Instrucción del 4° Turno de esa ciudad, Daniel Pedro Miralles, a quien se le encontraron méritos suficientes para investigarlo por haber tenido un proceder funcional “contrario a los deberes de decoro, reserva, dignidad de conducta, responsabilidad, buen obrar y confianza”.
El procedimiento fue iniciado el 5 de octubre último por la Oficina de Sumarios Judiciales que conduce el secretario Tristán Mauricio Quiles Buteler y depende del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), con la dirección de la vocal Aída Tarditti.
Con la firma de ambos altos funcionarios judiciales, el sumario se abrió al hallarse “elementos suficientes” a partir de una denuncia con relación a la actuación del fiscal en una causa en la que está imputado Gonzalo Salvador Gambero, un hombre que habría maltratado severamente a su hijito (por síndrome de “sacudida”) y que está imputado por “lesiones graves reiteradas” y “homicidio calificado por el vínculo”.
Gambero tiene como defensora a Rosa Sabena, una abogada conocida en Río Cuarto porque obtuvo su título estudiando la carrera luego de haber batallado durante años por la desaparición de su hijo Nicolás Sabena. Sus esfuerzos continuaron hasta que consiguió llevar a juicio a los integrantes de la familia Vargas Parra y lograr que la Cámara del Crimen N°2 de Río Cuarto condenara en 2014 a tres miembros de ese clan por “secuestro coactivo agravado”.

Miralles investiga a Gambero pero habría realizado gestiones para “sugerir” que fuera desplazada Sabena y fuera reemplazada por el penalista cordobés Darío Vezzaro.
Todo se inició a partir de una denuncia que efectuó el propio acusado y que además de actuaciones penales dio lugar a un sumario administrativo interno.
Ese expediente a cargo de Quiles sostiene que “se le atribuye el despliegue de un obrar con repercusión en el ámbito administrativo-disciplinario contrario a los deberes de decoro, reserva, dignidad de conducta, responsabilidad, buen obrar y confianza, que trascienden el ejercicio de la función judicial comprometiendo el prestigio y la reputación de la Administración de Justicia”.
“El hecho” que se le atribuye comprende tres diferentes episodios en los cuales Miralles habría actuado a través de terceros o personalmente para reemplazar a la abogada Sabena.
Entre julio y agosto de 2022, Miralles, “habría aportado indebidamente información” de la causa mencionada y a su cargo. “Para ello -dice la acusación de Sumarios Administrativos-, Miralles habría mantenido reuniones personales y/o conversaciones telefónicas con el abogado de la matrícula provincial Darío Vezzaro y con (los hermanos) Alicio Dagatti y Mabel Dagatti –quienes no contaban con participación ni interés alguno en la tramitación de la causa– sugiriéndoles que le aconsejaren al imputado Gonzalo Salvador Gambero que revocare la participación de Rosa Sabena como abogada defensora y que en su lugar designare al nombrado letrado”.
Como fundamento de sus gestiones, Miralles habría argumentado que ese cambio “le significaría beneficios procesales en la tramitación de la investigación penal preparatoria” al acusado, conocido de los hermanos Dagatti. Alicio Dagatti es presidente del club Estudiantes de Río Cuarto, entre otras actividades de la vida pública de esa ciudad.
Tres episodios
La actuación sumarial interna sostiene que esas gestiones se habrían concretado en “tres oportunidades diferentes, utilizando para ello como nexos comunicadores de cada una de ellas a los nombrados” anteriormente.

El primero de los episodios descriptos, habría sido el 19 de julio de 2022, cerca de las 10.55, cuando Claudio Gambero (padre del acusado) le habría hablado a Vezzaro para indicarle que desde la fiscalía de Miralles le habrían informado que “la causa tramitada en contra de su hijo Gonzalo estaba complicada y que su situación podría mejorar si apartaba de ella a la doctora Sabena, aunque la misma no debía enterarse de la comunicación”.
Siempre según lo descripto en el sumario administrativo, se describe el segundo episodio entre el 20 y 24 de julio de ese año, cuando “Daniel Miralles se habría comunicado primero telefónicamente y luego personalmente con Mabel Dagatti para adelantarle que imputarían a Gonzalo Salvador Gambero y sugerirle que le recomiende a Rosa Sabena que se aparte de la causa, puesto que ésta no tenía conocimientos de derecho penal”.
La tercera comunicación habría ocurrido entre el 21 de julio y el 18 de agosto de 2022, cuando “el fiscal Miralles le habría requerido a Alicio Dagatti que le sugiriera a algún miembro de la familia Gambero que revocaren la designación como abogada de Sabena, puesto que así Gonzalo Gambero podría obtener una mejor calificación legal en el proceso tramitado en su contra”.
Información sensible y confidencial
Lo que reprocha la actuación administrativa es que, con este proceder, Miralles, en cumplimiento de su rol funcional, “habría utilizado información sensible y confidencial de una causa penal que se encontraba bajo la órbita de su investigación, para persuadir a la familia Gambero a revocar el patrocinio letrado” de Sabena.
Añade el expediente sumarial que esas “recomendaciones” y “sugerencias” de Miralles “habrían tenido potencial eventualidad de interpretación de sus interlocutores como posibles ventajas procesales en caso de seguir sus consejos”.
Esto está reñido con “la imagen de aquellos que imparten justicia; función pública que exige una conducta ejemplar, imparcialidad, independencia, eficiencia, eticidad e idoneidad. Elementos que coadyuvan al prestigio, respeto y confianza en el Poder Judicial”, sostiene Sumarios.
En uno de los puntos que concluyen la apertura del sumario firmado por Quiles y Tarditti, se indica: “De esta manera, con su obrar, Daniel Pedro Miralles habría vulnerado la obligación de guardar secreto respecto de información sensible y confidencial inherente a la tramitación de una causa penal, como también la de mantener la equidistancia que debe existir en el ejercicio de su función en tanto su investidura, no observando con ello una conducta digna de la confianza y rectitud que corresponden a su estado de funcionario judicial”.
Aclaración
Por estar mencionado en estas líneas, La Voz consultó al penalista Darío Vezzaro, quien se limitó a señalar que jamás dialogó ni conoció a los Dagatti y que no tiene idea de por qué está relacionado con la causa del sumario administrativo o de la existencia de alguna gestión para desplazar a una colega.