Toda actividad mental previa puede evitar que una persona se duerma; hay técnicas que puedes usar para cambiar el estilo y el contenido de tus pensamientos
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Estás en la cama, tratando de conciliar el sueño, pero tus pensamientos no se detienen.
Tu cerebro está ocupado haciedo planes detallados para el día siguiente, repitiendo momentos vergonzosos (“¿por qué dije esto o aquello?”), o produciendo pensamientos aleatorios (“¿dónde está mi certificado de nacimiento?”).
Muchos usuarios han compartido videos en las redes sociales de cómo dormirse más rápido conjurando “escenarios falsos”, como una historia romántica donde tú eres el protagonista.
¿Pero qué dicen respeto a esto las investigaciones? ¿Tiene alguna influencia lo que pensamos antes de dormir en cómo dormimos?
Diferencias importantes
Resulta que la gente que duerme bien y las personas que tienen una calidad de sueño pobre tienen diferentes tipos de pensamientos antes de dormir.
Quienes duermen bien reportan que experimentan mayormente imágenes sensoriales visuales mientras se quedan dormidos (ven personas y objetos, y tienen experiencias similares a las de un sueño).

Puede que tengan menos pensamientos ordenados y más experiencias alucinatorias, como por ejemplo imaginarse que están participando en eventos en el mundo real.
Para las personas con insomnio, los pensamientos previos a conciliar el sueño, tienden a ser menos visuales y más enfocados en la planificación y resolución de problemas.
Estos pensamientos son generalmente menos placenteros y menos aleatorios en comparación con los de las personas que duermen bien.
Las personas con insomno también son más proclives a estresarse por el sueño cuando están tratando de dormir, lo que da lugar a un círculo vicioso, ya que hacer esfuerzo para dormir te despierta aún más.
Las personas con insomnio reportan con frecuencia que se preocupan, planifican o piensan en cosas importantes a la hora de acostarse, o se centran en problemas o ruidos en el entono, y tienen una preocupación general por no dormir.
Desafortunadamente, toda esta actividad mental previa, puede evitar que te quedes dormido.

Un estudio encontró que las personas que normalmente duermen bien, pueden tener problemas para dormir si están estresados por algo cuando se van a dormir (como, por ejemplo, el tener que dar un discurso a la mañana siguiente).
Incluso niveles moderados de estrés a la hora de acostarse pueden afectar el sueño de esa noche.
Atracones de TV
Otro estudio de 400 adultos jóvenes investigó cómo los atracones de televisión pueden afectar el sueño.
Los investigadores encontraron que los niveles más altos de visualización compulsiva están asociados con una mala calidad del sueño, más fatiga, y un aumento en los síntomas de insomnio.

La “excitación cognitiva”, o la activación mental, provocada por una narrativa interesante y la identificación con los personajes, también puede desempeñar un papel.
La buena noticia es que hay técnicas que puedes usar para cambiar el estilo y el contenido de tus pensamientos antes de dormir.
Estas pueden ayudarte a reducir la excitación cognitiva nocturna o reemplazar los pensamientos no deseados con otros más placenteros. Estas técnicas se denominan “reenfoque cognitivo”.
¿Qué es el reenfoque cognitivo?
El reenfoque cognitivo, desarrollado por el psicólogo e investigador estadounidense Les Gellis, involucra distraerte con pensamientos placenteros antes de acostarse.
Es como los “escenarios falsos” que publican los usarios de las redes, pero el truco es pensar en un escenario que no sea demasiado interesante.
Decidí antes de ir a la cama en qué vas a pensar cuando estés acostado, esperando quedarte dormido.
Elegí una tarea cognitiva atractiva, con suficiente alcance y amplitud para mantener tu interés y atención, sin que te cause excitación física o emocional. Así que nada demasiado aterrador, emocionante o estresante.

Por ejemplo, si te gusta la decoración interior, podés imaginarte rediseñando una habitación en tu casa. Si sos amante del fútbol, podés repetir en tu mente una parte del juego o imaginarte un plan de juego.
Un fan de la música puede recitar mentalmente las letras de su álbum favorito. Alguien a quien le gusta tejer puede imaginarse tejiendo una manta.
No importa lo que elijas, asegurate de que sea algo que se adapte a vos y a tus intereses. La tarea necesita ser placentera, sin ser demasiado estimulante.
El reenfoque cognitivo no es la solución perfecta, pero puede ayudar.
Un estudio de personas con insomio encontró que aquellos que probaron el reenfoque cognitivo experimentaron una mejora significativa en los síntomas de insomnio en comparación con el grupo de control.
Meditación y conciencia plena
Otra antigua técnica es la meditación o conciencia plena.
La práctica de la meditación puede aumentar nuestra autoconciencia y hacernos más concientes de nuestros pensamientos. Esto puede ayudarnos con los pensamientos rumiantes. A menudo, cuando tratamos de bloquear o frenar pensamientos, la situación puede volverse peor.
El entrenamiento en esta práctica puede ayudarnos a reconocer cuándo estamos entrando en una espiral de pensamientos rumiantes, y ayudarnos a dar un paso atrás, casi como si fuéramos un espectador pasivo.
Trata de observar tus pensamientos, sin juzgarlos. Podés incluso decirles “hola” a tus pensamientos y dejarlos pasar e irse. Dejalos estar allí y miralos por lo que son: solo pensamientos, nada más.

Investigaciones de nuestro grupo han demostrado que las terapias basadas en la conciencia plena pueden ayudar con el insomnio.
También pueden ayudar a las personas con condiciones psiquiátricas como desorden bipolar, obsesivo compulsivo y esquizofrenia a dormir más.
¿Qué puedes hacer para alivianar tus pensamientos antes de dormir?
Un buen sueño comienza en el momento en que te despertás. Para darte la mejor oportunidad de dormir bien por la noche, empezá levantándote a la misma hora todos los días y exponete al sol de la mañana (sin importar cuánto dormiste la noche anterior).
Tené un horario consistente para irte a la cama, reducí el uso de la tecnología por la noche, y hacé ejercicio regularmente durante el día.
Si tu mente está ocupada cuando te vas a dormir, tratá de practicar el reenfoque cogntivo.
Elegí un “escenario falso” que mantenga tu atención pero que no sea aterrador o estimulante.
Practicá ese escenario en tu mente cuando te vas a dormir y disfruta la experiencia.
También podés probar:
- Mantener una rutina constante a la hora de acostarte, para que tu cerebro pueda relajarse
- Anotar tus preocupaciones en algún momento del día (para no pensar en ellas cuando te acuestas)
- Adoptar una mentalidad más compasiva (no te castigues a la hora de dormir por tus defectos imaginados)
Por Melinda Jackson, profesora asociada del Instituto Turner para la Salud Mental y del Cerebro, Escuela de Ciencias Psicológicas, Universidad Monash, Australia; y Hailey Meaklim es psicóloga e investigadora del sueño, Universidad de Melbourne, Australia.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
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