
Cartas de lectores: Primero, la reconciliación, habladurías, votar con la razón
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Carta de la semana
Primero, la reconciliación
Ante las reiteradas actitudes de la mayoría de los referentes políticos de los partidos de nuestro país uno se siente obligado a preguntarse: ¿la confrontación agresiva permanecerá siempre? ¿No hay ninguna posibilidad de que, en algún momento, se realice un diálogo sincero y constructivo? La posibilidad del diálogo requiere que los protagonistas del mismo lo valoren como procedimiento imprescindible de la vida republicana y que asuman su responsabilidad como responsables del bien común. Los que ejercen el poder deben tomar conciencia de que el mismo requiere, sobre todo, permanentes actitudes de servicio, moderación y diálogo. Pero el reclamo de reconciliación debe surgir de la propia ciudadanía. Y el punto de partida es que cada uno reconozca que, probablemente, con sus expresiones y actitudes no contribuye a esta reconciliación. Muchas veces no intentamos el diálogo, la escucha, el argumento que convenza, y lo que procuramos es callar al que opina distinto y procurar su silencio. Solamente cuando hayamos dado este paso como ciudadanos y comencemos a reconciliarnos con los que no piensan como nosotros, estaremos en condiciones de exigir a los gobernantes y candidatos que dejen de provocar más divisiones y distanciamientos.
Eduardo Luis Tasca
eltasca88@gmail.com
Habladurías
¿Quién dijo que el Presidente está ausente? ¿Acaso no lo vieron cumpliendo las órdenes de su jefa, firmando el decreto del nombramiento de la jueza jubilada por la Corte Suprema? Todas habladurías malintencionadas.
María Martha Vera
mariamarthaver@gmail.com
Votar con la razón
La degradación ética, junto a la grosera expoliación que vive la patria, o mejor dicho que vivimos la mayor parte de los argentinos, ha alcanzado límites inimaginables.
Profesar el culto a la vulgaridad, a la hipocresía o a la desmesura parecen ser los dogmas de muchos integrantes del Gobierno. Los escándalos se superponen, se perfeccionan, se ocultan o se olvidan vertiginosamente, en una argentina extenuada y hastiada.
Los ciudadanos de a pie anhelamos, desde hace ya demasiado tiempo, un país donde un mínimo de “normalidad” sea posible, donde sea posible una mínima dosis de previsibilidad, de sensatez, un país a la altura de sus posibilidades, libre de dirigentes inmorales, corruptos o advenedizos, un país donde se valoren el mérito, el esfuerzo y la capacidad, no la “viveza”, la grosería y la deshonestidad.
Estamos a pocos días de las elecciones, intentemos no olvidar la historia reciente y no reincidir en los errores del pasado. Procuremos votar con la razón, pero también con la memoria, e intentemos que aquellos discursos políticos plagados de falsas emociones y palabras huecas, tan huecas como sus promesas, no alteren nuestro discernimiento.
Miguel Budich
mabudich@gmail.com
Empleados públicos
El actual gobierno está nombrando empleados públicos a mansalva en planta permanente en estos días. Mala praxis que seguro la seguirá hasta donde le permita su falta de escrúpulos. El próximo gobierno debe poner la lupa en estos nombramientos ya que hay altísimas posibilidades de que entre esos haya muchos que tengan la camioneta rota y no puedan ir a retirar el dinero de los cajeros, entregando su tarjeta de débito a otros “Chocolates”.
Jorge C. Solari
DNI 16.928.574
Macri y Milei
Las diferencias ideológicas entre Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza no son tan manifiestas como muchos creen. Los aúna, por ejemplo, la admiración por la figura de Alberdi y la defensa irrestricta de la propiedad privada. Difieren en cuanto a la necesidad de dolarizar y de permitir la venta de órganos y la libre portación de armas. En ese marco de afinidades y disensos, Mauricio Macri admitió, prematuramente, casi con desprolijidad, que en caso de que su espacio no sea gobierno, deberían acompañarse muchas de las iniciativas de Milei tendientes a eliminar el populismo, la inflación y la anomia imperante. Patricia Bullrich no disimuló su disgusto ante la franqueza del expresidente. “Ciertas especulaciones deberían reservarse para más adelante”, bramó. Los ánimos están caldeados, según surge claramente. En este escenario, el realismo y la sensatez de unos debería congeniar con el fervor exacerbado de otros. Ambos deberían entender que la verdad prefiere optar –siempre– por el andarivel del medio.
Alejandro De Muro
demuroalejandro4@gmail.com
Costosa dolarización
Escuché que en algún reportaje Milei habría afirmado que cuanto más se encareciera el dólar, más fácil sería concretar la dolarización de la economía. La razón es sencilla, cuanto más pesos se puedan comprar con un dólar, menos dólares se necesitarán para pagar la brutal deuda en pesos que contrajo este gobierno. Lástima que al mismo tiempo en que se licúe esa deuda, también se licuarán nuestros ingresos. Se desprende de ello que para que la dolarización sea viable, dentro de las transformaciones de la primera generación, antes de alcanzar la tierra prometida tendremos que convertirnos en la villa miseria más grande del mundo.
Miguel Eduardo Gutiérrez Trápani
migutra@gmail.com
Olivosgate
En agosto de 2021, cuando me enteré del Olivosgate, mi tristeza por la muerte de mi madre, ocurrida en julio de 2020, y cómo sucedió, estaba a flor de piel. Escribí a esta sección indignada, con una mezcla de sentimientos que expresé en ese momento. En aquella carta terminaba preguntando (irónicamente) si no quedaría impune, porque en aquel entonces ya supe que sería así. Ahora me lo confirma la noticia de que cerraron la causa sobreseyendo a todos los participantes de aquella aberrante fiesta.
Sé que nada volverá el tiempo atrás, ni nada va a cambiar el hecho de que no pude estar con mi madre mientras agonizaba, ni despedirla, y menos enterrarla. Un abogado me dijo “vos sos un efecto colateral”, o sea, nadie hubiera querido que paguen. La necesidad de justicia me quema por dentro, ahora no me queda más que confiar que hay y habrá una justicia divina.
Teresita Tuozzo
DNI 17.427.953
FF.AA. desguarnecidas
Cuando en noviembre de 2017 se corroboró el naufragio del submarino ARA San Juan, no pasaron horas para que salieran los expertos y especialistas de café analizando causas y culpables. Días atrás, ante el luctuoso y triste accidente del camión del Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 4, micrófonos y pantallas ardieron con opiniones de quienes sin conocer el contexto en el que viven las unidades del Ejército Argentino expusieron hipótesis y sentaron argumentos vacíos de fundamentos serios apoyados más en el conocimiento intuitivo que en la investigación. Todo se reduce a buscar causas y responsables inmediatos, nadie profundiza la causa primera y profunda del motivo de estos accidentes que ocurren en los ejercicios y en la rutina de las actividades militares. Desde 1983, las Fuerzas Armadas han sido ignoradas y sometidas a un castigo financiero que las ha llevado a una degradación operativa lastimosa. Muchos de sus vehículos tienen más de 40 años, su armamento es en su gran mayoría de los años 80, a la noche un cuartel está en la oscuridad más absoluta ya que no hay partida suficiente para mantener los servicios, el vestuario de los soldados es viejo y gastado, la comida de nuestros soldados escasea y muchas veces falta, los ejercicios en el terreno son reducidos, no hay combustible y la munición es poca. Aún no se ha producido un accidente causado por el desgaste del material, en especial los tubos de cañones y morteros. Todos conocen estas circunstancias, pero el soldado cumple y trabaja aun con el riesgo que sabe que corre. Su disciplina y subordinación lo obligan a hacerlo, no puede ser de otra manera. Entonces, ¿dónde está la responsabilidad de estos sucesos que una vez que ocurren levantan un mar de opiniones y una investigación que siempre termina en manos de una Justicia Civil que nada entiende de lo que es la milicia y que siempre termina castigando al que está más lejano en la escala de decisiones? La responsabilidad es sin duda de quienes determinan la política de defensa y militar, de aquellos que en los últimos cuarenta años se han empecinado en castigar a las FF.AA. con la finalidad de guardarlas en un ropero como algo que se debe tener pero no importa si sirve, un adorno que nadie sabe qué hacer con él. Mientras la defensa es solamente un nombre de un ministerio donde se coloca al amigo que no se sabe con qué cargo premiar. Los gobiernos inventan ministerios inútiles con presupuestos mayúsculos y ejércitos de ñoquis. Es de esperar que jamás se necesiten a las Fuerzas Armadas en su papel de brazo armado del Estado, será ese el momento en el cual habrá llantos y rechinar de dientes.
Florencio Olmos
florencioolmos812@gmail.com
Bicisendas en Libertador
Sé que hay temas más graves e importantes, pero las dos bicisendas de la Avenida del Libertador, ambas muy amplias, eran innecesarias. Con solo una de ida y vuelta, era suficiente. Estacionar para que alguien descienda, o tomar un taxi, es una odisea. Y las bicisendas son tan anchas que los ciclistas usan la misma para ir o volver.
Por favor, saquen una.
Juan Carlos Paludi
DNI 7.600.795
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