El primer miércoles de octubre se celebra el Día Mundial de la Parálisis Cerebral, que este año se conmemora el 6 de octubre. Se trata de una fecha que pretende visibilizar y acompañar a las personas que tienen esta condición, considerada como la discapacidad motora infantil más frecuente.
Esta efeméride fue promovida en 2012 por Cerebral Palsy Alliance (Australia) y United Cerebral Palsy (EEUU) y actualmente cuenta con el apoyo de más de 500 organizaciones en 65 países. La primera campaña se denominó “Cambiar mi mundo en 1 minuto” y se trataba de inventar cosas que eran necesarias para mejorar la vida de estos pacientes con parálisis cerebral.
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Cada año la fecha tiene una consigna diferente y este 2023 es “Atención temprana”, con el objetivo de defender una Atención Temprana universal, gratuita y multidisciplinar para menores con parálisis cerebral.
Qué es la parálisis cerebral
La Clínica Mayo informa en su sitio oficial que la parálisis cerebral es un grupo de trastornos que afectan el movimiento y el tono muscular o la postura, y “se produce por el daño en el cerebro inmaduro en desarrollo, con mayor frecuencia antes del nacimiento”. Es por este motivo que los primeros signos y síntomas aparecen durante la infancia o años preescolares.
La parálisis cerebral causa un deterioro del movimiento asociado con reflejos exagerados, distensión o espasticidad de las extremidades y el tronco, postura inusual, movimientos involuntarios, marcha inestable o alguna combinación de estos. Por este motivo, es que pueden tener problemas para tragar.
Respecto a la causa y efecto, el sitio explica que varía enormemente. Algunas personas con parálisis cerebral pueden caminar, mientras que otras necesitan ayuda; algunos tienen discapacidades intelectuales y otras no. Vale resaltar que la parálisis cerebral es un trastorno de por vida: no existe cura, pero los tratamientos pueden ayudar a mejorar la función.
Primeros signos y síntomas de la parálisis cerebral
Los signos y síntomas de la parálisis cerebral incluyen problemas con el movimiento y la coordinación, el habla y la alimentación, el desarrollo y otros problemas. Algunos de ellos son:
- Rigidez muscular y reflejos exagerados (espasticidad).
- Falta de equilibrio y coordinación muscular (ataxia).
- Temblores o movimientos involuntarios bruscos.
- Movimientos lentos y de contorsión.
- Dificultad para caminar.
- Dificultad con la motricidad fina.
- Problemas para hablar o comer.
- Dificultad para hablar.
- Dificultad para sorber, masticar o comer.
- Babeo excesivo o problemas para tragar.
- Dificultades en el aprendizaje.
- Convulsiones (epilepsia).
- Dificultad en la audición.
- Problemas con la visión.
- Problemas de vejiga e intestinos, entre ellos estreñimiento e incontinencia urinaria.
- Afecciones de salud mental, como trastornos emocionales y problemas de comportamiento.
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