La complicada apuesta que tuvo que superar Alex Caniggia en la versión española de Gran Hermano VIP (Telecinco) tuvo consecuencias para su físico. El mediático se sintió mal durante varias horas luego de que comiera un alimento cocinado de una manera poco habitual: chinchulines hervidos.
Una cuenta de Twitter advirtió el problema que tuvo El Emperador, cuando observó que durante horas Alex se la pasó tirado en el sillón intentando dormir y sin comer. “Alex está malito. ¿Alguien sabe si lo ha visto el médico o le han dado algo para el dolor?”, se preguntó la usuaria @myadarita.
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Tras el duro desafío que tuvo que transitar, Alex no cenó y se mostró con muchos malestares. Luego, se le pasó. Como todo participante que ingresa a un juego de aislamiento, estar alejado de los suyos -sobre todo de su bebé que nació hace muy poco- tiene consecuencias.
Cuál fue la prueba al límite que hizo Alex Caniggia en “Gran Hermano España”
La prueba de comer chinchulines hervidos se dio en el contexto del desafío en el que varios integrantes de la casa podían sumar alimentos a los pocos que tenían en el presupuesto semanal. Para eso, debían ingerir algunas comidas poco habituales o cocinadas de una forma diferente a lo convencional.
Al tocarle a Alex Caniggia, debía elegir o descontar un monto determinado del pozo de cada uno de los participantes, o masticar y tragar lo que le tocaba, que estaba oculto en una mesa.
“Esas pizzas que ves tiene un precio. Son 500 euros. O descontamos eso del premio de todos o comes lo que hay debajo de la campana”, le explicó el conductor Ion Aramendi. “¿La gente qué dice? ¿Que pague o que coma?”, preguntó Alex, mientras se escuchaba al público del estudio que lo alentaba a que comiera.
“Que comas”, replicó el conductor. “Bueno, la gente dice que coma. Mirá lo que es esto”, comentó Alex, mientras señalaba el plato que le tocó, que era chinchulines hervidos, una forma extraña de prepararlos. “Intestino de vaca cocinado. Ni te va a hacer mal, ni nada. Huele fuerte”, apuntó el animador.
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Para no perder, Alex decidió lanzarse hacia los chinchulines: al mismo tiempo que le daba arcadas masticarlos, los tragó en varias oportunidades. Así pudo completar el desafío por el que toda la casa recibió varias pizzas.
