¿Es posible experimentar una vida libre del miedo y alcanzar ese lugar en nuestro interior donde la paz y la convicción sean los reyes supremos y creen un reino gobernado por leyes alineadas a nuestros verdaderos sueños? Acompañame y juntos exploraremos un viaje hacia tu interior dónde aprenderás a cerrar la puerta del miedo para poder abrir la puerta de la fe y abrazar su poder ilimitado con el que recibirás recompensas infinitas.

Gracias a la visión y a la fe de un hombre como Napoleón Hill hoy podemos servirnos de esta llave maestra que desbloquea un poder inconmensurable, "el poder de la fe aplicada". Este concepto no hace referencia a una mera creencia, sino que en esencia refleja algo mucho mayor, un corazón con una convicción inquebrantable sin espacio para la duda, la indecisión y el temor.

¿Pero cómo logramos semejante hazaña? ¿Cómo podemos deshacernos de la duda, combatir el miedo y abrazar la fe?

La fe es un estado interno muy elevado, es el resultado que obtenés luego de haber enfrentado tus miedos y haberlos derrotado, es una conquista de tu alma, el dominio de tu mente y la conexión con lo divino, con ese algo mayor que vos mismo, Dios, Universo, Consciencia Universal, Inteligencia Infinita, vos decidís.

Es imposible lograr alcanzar la fe y desbloquear su poder ilimitado sin una creencia en un ser superior. La observación y contemplación, el sentimiento, la oración y la meditación, son caminos legítimos que te conducirán a ella.

Tu consciencia es una herramienta que te permite conectar con el mundo externo y con todo lo que hay en él, pero también es un recurso que podés aprovechar para conectar con ese mundo invisible que está más allá de tu piel, de tu mente y de tu cuerpo, cuando te sumergís por medio de la respiración consciente, la oración o la meditación podés explorarlo y conectar con lo que realmente te define más allá de tu traje corporal, más allá de tus miedos, tus dudas, tus creencias limitantes, lo que te define es ese poder ilimitado de la fe, de la fe en vos mismo, cuando conectás con esta creencia profunda en vos, en tu capacidad y determinación, un universo de infinitas posibilidades se abre ante tus ojos.

El poder de estas experiencias internas ha moldeado la historia de la humanidad una y otra vez, Gandhi es un ejemplo que refleja la esencia de este principio y demuestra cómo sus convicciones espirituales lograron cambios significativos que impactaron y transformaron el mundo.

Esta capacidad que tiene nuestra mente para descubrir, abrazar y expandir ideas y propósitos poderosos, es una prueba más de nuestra capacidad para lograr una conexión con ese potencial ilimitado y adaptarlo a nuestras metas más elevadas y esto sólo se logra mediante la fe aplicada, la cual se alcanza únicamente conectando con nuestro mundo interior.

La fe nos ayuda a condicionar nuestra mente para lograr todas nuestras metas y objetivos, incluso los que parecen imposibles, incluso, aquellos en los que pareciera no existir ningún camino visible.La fe aplicada es cuando el poder de la inteligencia infinita, de Dios o el universo, opera en favor a tu propósito, entonces los milagros que esperabas comienzan a manifestarse en tu vida. 

La fe aplicada es la fuerza, la esencia de esta filosofía del logro personal y la fuente de energía para poner en acción pensamientos poderosos renovados por la fe.

Quiero que sepas que el camino de la fe no es un camino fácil y llano, simplemente no es posible decir: Tengo fe y sentarte a esperar a que lleguen resultados instantáneos sólo por creer, la fe pasiva no tiene ningún efecto sobre el mundo material, la fe sin acción es fe muerta, y los mecanismos de la misma se pondrán en funcionamiento sólo cuando a tu fe la sigan acciones alineadas. Recordá que la fe es un estado mental y espiritual que debe cultivarse diariamente a través de la oración, la meditación y la auto-observación y cuanto más entrenes y utilices estas poderosas herramientas internas, más se abrirá tu vida a este poder. Y cuanto más veas este poder obrando en tu vida, más fácil te resultara actuar con fe.

Superar el miedo: Una parte importante de abrir tu mente a la fe es deshacerte de los miedos que la limitan. Hay siete miedos básicos y casi todo el mundo padece al menos uno, otros como yo tuvimos que aprender a conquistarlos a todos. 

Un ejercicio de auto-observación sería reconocer cuáles de estos miedos preponderan en tu vida y buscar recursos que te ayuden a eliminarlos.

Miedo a la pobreza
Miedo a la crítica
Miedo la mala salud
Miedo a la pérdida del amor
Miedo a la vejez
Miedo a la pérdida de la libertas
Miedo a la muerte
La naturaleza humana tiende a temer todo lo que no entiende.
Reemplazá el miedo con esperanza

Aprendé a dejarlo de lado, porque lo que temés te seguirá. Tu mente atrae todo lo que pensás. La mayoría de las personas se pasan su vida poniendo toda su atención y energía en las cosas que no quieren que suceda y probablemente sean las que más experimenten: Donde ponés tu atención ponés tu energía y eso crece y se expande.

¿No sería mejor negarse a pensar en las cosas que no deseas y alimentar tu mente con imágenes de las cosas que si deseas?

No hay nada más importante que aprender el arte de mantener la mente enfocada en las cosas y circunstancias que realmente deseas. Esta es la mayor aplicación de la fe aplicada que podés hacer. Cuando tu mente tiene un propósito definido, está en condiciones de comenzar a tener fe. Y cuando tenés fe, podés recurrir a la inteligencia infinita para que la aplique.

La fe existe sólo mientras la usas. No podés desarrollar músculos si no los usas, no podés aumentar tu capital si no lo invertís. La acción persistente respaldada por un propósito definido aumentará tu fe.

Pasos para fortalecer la fe:

Uno: adoptar un propósito principal definido y comenzar a lograrlo.

Dos: afirmar el objeto de tu deseo a través de la oración mañana y noche. Inspira tu imaginación para verte ya en posesión de ello. Cuando alcances un objetivo establecé otro nuevo. No permitás que la complacencia se instale. Obtendrás precisamente el éxito que puedas imaginarte por vos mismo. Cultivá esa visión todos los días, de todas las formas que puedas.

Tres: A cada meta ponle una intención poderosa, asociá una razón convincente para hacer lo que querés hacer. Si tus motivos incluyen una buena casa, un buen coche visualiza las cosas que los rodean. Por ejemplo, a donde viajarías con tu auto, visualízate manejando conduciendo a ese lugar que soñás, con la casa, visualízate caminando por cada rincón de ella. No dudes en utilizar tu imaginación para alimentar tu deseo ardiente.

Cinco: asociate con personas que estén de acuerdo contigo, y con tu propósito principal y obtiene de ellos su aliento. Todos necesitamos personas que nos impulsen.

Seis: no dejés pasar un día sin hacer al menos un paso definitivo hacia el logro de tu propósito principal. 

Siete: elegir un referente, alguien próspero, autosuficiente y exitoso y decidir no sólo alcanzar a esa persona sino pasarla de largo.

Ocho: rodeate de libros, imágenes, lemas, elige cosas que simbolicen y refuercen el logro y la autosuficiencia. Crea una atmósfera de apoyo y aliento. Tené siempre un cuaderno a mano para anotar cosas que escuches y leas que te inspiren.

Nueve: nunca huyas de circunstancias desagradables, lucha contra ellas con todos tus recursos justo donde estas parado y sin demoras.

Las circunstancias adversas son dispositivos de prueba, recordá que sos lo que sos y estás donde estás debido a tus pensamientos dominantes de tu mente.

Diez: recordá que cualquier cosa que valga la pena tiene un precio definido. Todo lo que vale la pena tener, vale la pena trabajar por ello. 

No permitás bajo ninguna circunstancia que tu fe muera, hay momentos en los que se debilita y tenés que tomar alguna de estas acciones para mantenerla con vida.

Hoy, en un mundo lleno de desafíos, obstáculos y distracciones que nos desvían de nuestro propósito verdadero, la fe aplicada de Hill sigue siendo una guía que nos recuerda que en todos y cada uno de nosotros reside la fuerza de un potencial ilimitado y que basta tener fe en nosotros, creer con todo el corazón, con nuestra mente y con nuestro espíritu para que podamos romper las cadenas del miedo, desafiar todas nuestras limitaciones, superando así cualquier adversidad y lograr lo inimaginable.

Con amor, Luisa Aciar.

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Instagram: @luisaaciar

 

Por Luisa Aciar
Instructora Líder de Napoleón Hill
y Bioneurocoach