El 12 de septiembre de 1953 se casaron John Fitzgerald Kennedy y Jacqueline Bouvier. Pero lo que prometía ser un cuento de hadas en el que serían felices y comerían perdices, derivó en una serie de tragedias que culminaron con el asesinato del presidente.
El congresista republicano de 34 años, que luego se convirtió en el presidente más joven de los Estados Unidos, había conocido a Jacqueline Bouvier a través del periodista Charlie Bartlett, luego ganador del Premio Pulitzer.
Ella era una reportera del Washington Times-Herald, de apenas 22 años, que había vivido en París y era tan culta como bella. Y tenía en común con JFK infancias similares de “pobres niños ricos” y padres con personalidades avasallantes con mucho poder sobre ellos: el magnate Joseph Kennedy, padre de él, y la ambiciosa Janet, madre de ella.
Además, cada uno supo en ese momento que el otro era “la persona adecuada”. Esa que justamente aceptarían tanto sus padres como su entorno social.
John Fizgerald Jennedy, Jackie Bouvier y una boda casi real
Por insistencia de sus padres, JFK se le declaró a Jackie en junio de 1953. Dicen que, apurado porque quería estar casado antes de ser presidente, la llamó por teléfono a Londres, donde ella estaba cubriendo al coronación de la reina Isabel II.
A su regreso, empezaron a organizar la boda, con una ceremonia católica y una gran fiesta para 1.200 invitados.
Leé también: “La maldición de los Kennedy: la muerte de John John, el carismático hijo de JFK y otras tragedias familiares”.
La ceremonia se realizó en la mañana del 12 de septiembre de 1953 en la Iglesia de Santa María de Newport. La novia lucía un vestido largo de seda de color marfil y lleno de volados diseñado por Ann Lowe. Jackie contó tiempo después que se sentía como “la pantalla de una lámpara”.
El padrino no pudo ser el padre de la novia, el aristócrata John Vernou Bouvier III, porque era alcohólico y estaba demasiado borracho. La novia llegó del brazo de su padrastro, Hugh Auchincloss, más millonario que el anterior. La fiesta se realizó justamente en una finca del padrastro de la novia, llamada Hammersmith Farm.
Desde entonces, por culpa de la política y del apetito sexual insaciable de JFK, que se la pasaba buscando nuevas amantes, Jackie estuvo siempre sola. Uno de los affaire más sonados de Kennedy fue con Marylin Monroe, en el que también intervino su hermano Robert, como tercer apéndice de un triángulo sexual.
Para colmo, tuvo un aborto en 1954 y dos años después dio a luz a su beba Arabella, que nació muerta. Al año siguiente nació su hija Caroline, la única del clan que sigue con vida. JFK fue elegido presidente en 1960 y poco después nació su hijo John, que murió en un accidente aéreo junto a su esposa y su cuñada en 1999.
Las tragedias familiares del clan Kennedy
En 1963 ocurrió una nueva tragedia, cuando Patrick Bouvier Kennedy, el hijo prematuro de Jackie y JFK, murió con solo dos días de vida de Síndrome de Dificultad Respiratoria Neonatal. Y otra muerte trágica se sumaría apenas dos meses y medio después.
El presidente John Fitzgerald Kennedy fue asesinado de dos disparos el 22 de noviembre de 1963 mientras viajaba sentado en un auto descapotable al lado de su esposa Jackie, en una caravana por la ciudad de Dallas. Ya habían muerto sus hermanos Joe (estalló su avión lleno de explosivos durante la Segunda Guerra Mundial) y Kathlin (accidente aéreo en 1948).
Leé también: “Asesinato de John Fitzgerald Kennedy: desclasificaron nuevos archivos sobre las pistas de la investigación”.
Las tragedias del Clan Kennedy continuaron, con las muertes de Bob Kennedy (asesinado a balazos en 1968) y sus hijos David (sobredosis a sus 28 años en 1984) y Michael (accidente de esquí a los 39 años en 1997). También perdieron la vida sus nietas Saoirse Kennedy Hill (sobredosis en 2019) y Maeve (accidente de canoa con su hijo Goeden en 2020).
Jacqueline Lee Bouvier rehizo su vida: cinco años después de haber enviudado, se casó con el magnate naviero griego Aristóteles Onassis, tanto que llevó los dos apellidos de casada hasta que en 1994 murió afectada por el Linfoma de Hodgkin: cuando falleció, Jackie Kennedy Onassis tenía 64 años y llevaba casi dos décadas nuevamente como viuda.
