Facundo Diz acaba de superar una interna exigente en Navarro y empieza orejear el escenario de las elecciones de octubre. “Estamos en un momento bisagra”, analiza mano a mano con INFOCIELO. La frase habla de peligro, pero también de oportunidad.
El FMI, la pandemia -en la que perdió a su propio padre-, la sequía que golpeó especialmente en Navarro, no lo sumen en el pesimismo. “Tenemos que posicionarnos nuevamente como país que va a exportar no sólamente granos, sino también trabajo calificado, ciencia, tecnología e innovación”.
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Diz no deja de mencionar la tarea que encara, como candidato y también como Ministro de Economía, Sergio Massa. Y le asigna una tarea difícil para adelante: “Que empiece a ver menos desequilibrios sociales; después nos asombramos por las difcultades que tenemos que atravesar por la disparidad”.
A ese trabajo del oficialismo le opone los “discursos de rebeldía o de cambio que no llevan a ningún puerto” y la tarea de desestabilización : “maniobras de la economía y del mercado que quieren dejar afuera a mucha gente”.
-A eso lo hablás con la gente en la calle, ¿se entiende?
-Se charla mucho, se entiende pero confronta rápidamente con los medios, con algún enojo personal.
-¿Vos decís que por ahí tenés que subirte a una antena y bajar la palanca?
-Eso es la militancia, pero también dejar de lado un poco los partidismos, los fanatismos frenéticos que no llevan a ningún horizonte. De verdad, si hablamos que hay que estallar todo, como propone una de las listas, sería derrapar todo lo que se ha invertido: rutas, colegios, universidades, hospitales públicos, patrulleros nuevos, comisarías, educación, colegios. El Estado es donde tiene que estar la sociedad viva ante cualquier dificultad. Si no está en esos lugares, el mercado no va a querer involucrarse porque busca la ganancia. “Podemos estar enojados con decisiones antiguas, con discursos feos. La mayoría de los argentinos no están teniendo una buena vida, pero tenemos que ayudar a los que proponen y quieren hacer algo por el país. Se vende mucho humo para el electorado.
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