La efemérides, del Día del Inmigrante en Argentina fue el 4 de septiembre, dicha fecha fue propuesta en 1949 y recuerda la jornada de 1812 en la cual el Primer Triunvirato firmó el primer decreto que fomentó la inmigración en el territorio. Ya sea por la cantidad de inmigrantes que han llegado al país a lo largo de toda su historia o bien por la buena predisposición que los distintos gobiernos han demostrado al momento de recibirlos, la de la Argentina y la inmigración es una relación por demás estrecha.
La cuestión de la inmigración lejos está de ser un fenómeno del pasado. Por lo contrario, se manifiesta de forma concreta en el presente y a través de la importante cantidad de personas que llegan del extranjero para vivir en la Argentina. En el Informe sobre las Migraciones en el mundo 2022, que publicó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se puede ver que en la Argentina hay alrededor de 2,28 millones de personas en condición de migrantes internacionales. En el documento también se puede advertir que los cinco países de donde más vienen extranjeros pertenecen a Sudamérica. En primer lugar se encuentra Paraguay, con 685.714 inmigrantes. Luego le siguen Bolivia (423.136), Chile (215.198), Perú (197.226) y Venezuela (176.369).

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Líneas, sentimientos y diálogos
Ángeles, la autora del libro "Migraciones Lágrimas y Esperanza" comenzó a escribir desde pequeña, pero por cuestiones de la vida y mandatos, no pudo seguir la carrera de literatura. Pero con el tiempo logra cumplir su sueño participando de todos los cursos de literatura en la universidad para adultos de San Juan. Ella es madre de seis hijos y tiene trece nietos. Y cuenta: "Desde mi escolaridad escribo, soy una apasionada del mundo literario, y mis profesoras me lo marcaban en forma continua. Me eduqué en la escuela Industrial Domingo F. Sarmiento. Pero la fuerza para lanzarme a escribir me la dio la universidad de adultos. De grande me puse a escribir sin editar los libros, ya que tenía una familia muy numerosa y eso me llevaba tiempo en mi vida para dedicarme a lo que siempre amé, escribir.
Yo soy migrante de España, nací en la región de Andalucía en el sur de España y llegué a la Argentina con 11 años. Esto fue el motor de este libro. Este sentimiento de la inmigración hacía mucho tiempo que lo albergaba, siempre sentí la necesidad de evidenciar de alguna forma lo que yo sentía y lo que veía en mi entorno porque había mucha gente de afuera. En San Juan hay muchos inmigrantes, hasta que no se empieza a hondar en este tema, no te das cuenta de la cantidad de gente que llegaron desde Europa entre españoles, italianos, franceses, alemanes, etc. En Argentina hay una mezcla de toda Europa incluso de parte de Asia. Es difícil en la actualidad encontrar a muchos de ellos porque ya fallecieron, a pesar de que hoy han cambiado las corrientes migratorias, porque es un fenómeno que no acaba. Las migraciones en la actualidad vienen de los países limítrofes, bolivianos, chilenos, venezolanos y peruanos. Europa ya no. Todo se invirtió y son los jóvenes argentinos quienes migran a países de Europa.
Lo trágico de este drama humano es que ocurrió en el pasado y sigue vigente en la actualidad. Pareciera que un destino inexorable acechara a la humanidad que una y otra vez repite los mismos errores sin tener en cuenta la historia. Otras tierras, otros mares, otro color de piel y este flagelo continúan. Hoy vemos como la Migración está presente en las costas del Mediterráneo, cotidianamente llegan las "pateras", frágiles embarcaciones, así llamadas en España con su capacidad sobrepasada. Esto le ocurre a Italia, Gracia y otros países. En estas circunstancias suelen haber naufragios donde sus ocupantes no siempre pueden salvarse, quedando en el mar sus ilusiones. Así también, verdaderos ríos humanos parten de los países centroamericanos, atravesando selvas, montañas, y cuanto obstáculo se presente en su peregrinar, ansiando llegar a una nueva versión de la tierra prometida, "Estados Unidos". Y es inevitable la pregunta, ¿hasta cuándo? Desgraciadamente, estos eventos, tan tristes y desgarradores, tienen muchas razones para perdurar en el tiempo: políticas económicas, sociales y hasta climáticas; y como todo problema que tiene varias vertientes, su solución es muy difícil. Estos movimientos de personas han influido en los países receptores, con diferentes resultados en cuanto a su adaptación y convivencia, aceptables en algunos casos, pero en otros ha sido complejo, dificultando la tan ansiada inclusión social.
La migración de la que habla este libro, es la del pueblo andaluz que se inició en el siglo XX hasta mediados de este. Es lógico inferir que cuando hay emigración en un país, es porque sus ciudadanos, su gente, no encuentra las condiciones esenciales para desarrollarse, para tener una vida digna, ni siquiera la más elemental, seguridad de la existencia misma. Así es tal lo que sucedió con el gran movimiento Andaluz y por supuesto de toda España. Fue la guerra Civil Española de 1936, sin duda la causa que más forjó la salida de estos inmigrantes".
En el libro aparecen una serie de entrevistas hechas por la autora a los protagonistas, los verdaderos actores de estos desplazamientos a los que refiere y aclara Ángeles. "Sentir la emoción de sus palabras, era revivir aquellos días, que siempre a pesar del tiempo transcurridos, sigue impresa en la memoria. Son el relato de unas pocas familias, pero en realidad son el reflejo de muchas que vivieron la misma historia, todas con la premisa de continuar y seguir luchando. Debieron aprender nuevas costumbres, palabras extrañas incorporadas a su comunicación, sabores distintos, que asimilaron y se abrazaron a esta tierra que también aprendieron a amar. Las familias con las cuales pudo recobrar información en sus relatos son: Familia Antonio de la Torre, José Rubiño Correa, Francisco Salvador Montes, Familia Fernández González, Francisco Martín González y Ramiro Jiménez Moyano.
Creo que es bueno conocer las raíces, nuestros antepasados, eso reafirma nuestra identidad. Es por ello que quise plasmar en el libro, brevemente, el lugar de dónde provenían, contando algunas historias comunes a todos ellos, lo cual revaloriza el conocimiento de quienes somos y nos da la seguridad para continuar el presente, en el lugar que en suerte nos tocó vivir", finaliza Ángeles.