Fue una semana movida para Hacemos por Nuestro País. El relanzamiento de la campaña presidencial de Juan Schiaretti en Buenos Aires estuvo precedida por el pedido de Patricia Bullrich a Juan Schiaretti para que bajara su candidatura. El peronismo de Córdoba reaccionó con dureza a esos dichos.
En el medio, se escucharon voces disidentes en el PJ provincial que tildaron al gobernador de “funcional a la derecha” por el coqueteo del que fue protagonista el ministro Osvaldo Giordano con Juntos por el Cambio.
Carlos Gutiérrez, principal referencia legislativa en el Congreso de Schiaretti y cabeza de lista en la boleta para Diputados, abordó todos esos temas en una entrevista en Voz y Voto.
–En febrero último, usted dijo en una nota con La Voz que si continuaba la lógica de la grieta podría derivar en un liderazgo de tintes mesiánicos. El resultado de las Paso parece darle la razón.
–Lamentablemente se cumplió lo que dijimos. Y lo dijimos no porque tengamos la capacidad de profetizar. Simplemente porque era más que obvio que en la dinámica de la grieta esto iba a terminar así. Hay que asumir que durante 15 o 20 años los dos protagonistas de la grieta no solamente se han peleado como perros y gatos, sino que el espectáculo de todo un sistema ante la gente ha sido por momentos hasta obsceno.
–La gente se cansó.
–La gente se hartó. Los que siempre fuimos críticos de la grieta vimos venir, tal vez no con la dimensión que tuvo en las Paso, pero sí vimos venir este panorama. Incluso diría que fuimos los únicos. Juan Schiaretti fue el único que dijo hace ya mucho tiempo que una salida para esta situación era armar aquel famoso “frente de frentes”. Aquello no era otra cosa que un gobierno de unidad nacional. ¿Sobre qué? Sobre la base de un programa, donde todo el mundo pusiera los deditos y se comprometiera ante la sociedad. Que cada uno compitiera libremente, pero sobre la base de ese programa. Esa fue la última oportunidad que se tuvo de generar una propuesta lo suficientemente esperanzadora para la gente frente a toda esta situación.

–La lógica de la grieta no cambió, es más, se profundizó ahora con otro actor como Milei.
–Lamentablemente es así. Hay una inmadurez tremenda y dañina cuando uno divide la sociedad binariamente en lo bueno y lo malo, donde los buenos son los progresistas y los malos todos los otros. Yo me pregunto qué es lo que puede mostrarse como progresismo en los hechos. No digo en las consignas, sino en el discurso. Y del otro lado se miraron los ombligos.
–¿Se refiere a Juntos por el Cambio?
–Claro. Dijeron: “Nosotros vamos a ganar la interna y eso es un salvoconducto derecho a la Casa Rosada”. Y no ocurrió ¿Y saben por qué no ocurrió? Porque la gente es dueña de su voto. Por eso nosotros reaccionamos cuando tuvimos estas expresiones de Patricia Bullrich, que vino a Córdoba y pidió que Schiaretti bajara su candidatura ¿Por qué lo hicimos? Porque es faltarles el respeto a los cordobeses. Nadie es dueño de los votos de los cordobeses, como nadie es dueño de los votos de los argentinos.
–Le contestaron con dureza a Bullrich.
–Lo que dijo es descaradamente antidemocrático. Porque además yo recuerdo una cosa: había 22 listas en las Paso y quedaron cinco, entonces faltarle el respeto a los que votaron a esas cinco listas, pedirle a alguien alegremente, como si fueran patrones de estancia, bájense, bueno, esto creo que es una subestimación una vez más de lo que definimos como esta lógica de la grieta.
–Massa elogió a peronistas cordobeses hace unas semanas y habló de sumarlos a un gobierno de unidad nacional. ¿Usted descarta algún tipo de acuerdo posterior al 22 de octubre?
–Nunca hay que dejar de dialogar, nosotros lo hemos dicho con toda claridad. Ahora, hasta el 22 competimos. Después del 22 se hablará nuevamente. Cuando digo se hablará me refiero a que se leerá la realidad. Yo no escuché al candidato Sergio Massa acordarse de una propuesta de unión nacional o de gobierno de unidad nacional. ¿Ahora se acuerda? Como las circunstancias aprietan, entonces vienen a Córdoba a hacerse los simpáticos con los cordobeses, a tirar propuestas que nunca las vimos en el terreno. Y del otro lado, pasa exactamente lo mismo. Vienen y tiran elogios. Hablan de la Córdoba productiva, de lo bien que está administrada. Entonces me acuerdo de algo que viene diciendo Martín Llaryora: si están tan convencidos de que nosotros tenemos lo que tenemos y que ellos son los responsables de este resultado final, porque Macri fracasó y permitió la vuelta del kirchnerismo, por qué no se bajan ellos. Massa aparece como el salvador, pero es raro encontrar un ejemplo en el mundo de que quien, a través de la inflación, les succiona el bolsillo a los argentinos y que de una noche al otro día aparece como el sanador.
–Massa dijo que eliminará el Impuesto a las Ganancias si es presidente.
–Ya estamos hartos de que nos diga eso. Están gobernando ahora y él es el virtual presidente en los hechos. ¿Por qué no lo hacen ya? ¿Por qué no solucionan el problema ahora?
Massa, el candidato K
–¿En el peronismo de Córdoba ubican a Massa como kirchnerista o su figura tiene matices dentro del espectro del PJ?
–Es el candidato del kirchnerismo.
–El kirchnerismo había propuesto a De Pedro como el referente del kirchnerismo.
–Era De Pedro, pero no lo fue. El candidato del kirchnerismo es Sergio Massa.

–Hay dirigentes como la diputada Natalia de la Sota y la legisladora Tania Kyshakevych que vienen mostrando gestos hacia Massa. ¿Cómo toman esas expresiones?
–Conozco esas declaraciones. Que haya algunos dirigentes que tienen esa expresión o esa mirada... allá ellos. Salvo estas expresiones individuales, el peronismo de Córdoba está totalmente encolumnado detrás de la candidatura de Juan Schiaretti y de Florencio Randazzo. El primero que está haciendo campaña es el gobernador electo. Hay algunos que necesitan elevar a una categoría que no tienen a ciertos hechos para desde ahí convertirse en empleados de Massa. Son empleados de Massa. Vienen a decir lo que Massa necesita con alguna peregrina idea del “divide y reinarás”. Nadie va a dividir al peronismo de Córdoba.
–Esta semana, Bullrich dijo que el ministro Giordano se sumaba a su equipo. ¿Se equivocó Giordano al ir a la presentación de Melconian?
–Por supuesto, pero son cuestiones subalternas.
–¿Está, digamos, “castigado” el ministro por aquel gesto hacia Bullrich?
–Giordano es nuestro ministro. Está fuera de discusión su capacidad de gestión. Él mismo ha manifestado su apoyo a la candidatura de Juan Schiaretti.
–El resto de los candidatos descuentan que la postulación de Schiaretti perderá caudal electoral por efecto del voto útil. ¿Comparte esa hipótesis?
–Parece ser que el voto útil pasa a ser una mesa de saldos y retazos donde hay que optar por el mal menor. Por optar por el mal menor, así nos va. Optar por los que han generado esta situación es volver a reconstruirla. Ellos son los que no vieron venir el cambio.
–Schiaretti habló de “salto al vacío” para referirse a las ideas de Milei.
–Por más que no nos guste quién protagonizó y sacó más votos en las Paso, respetamos la voluntad popular. La ceguera de una dirigencia política que vive con la lógica de la grieta no vio venir el grito de la sociedad argentina por el cambio. Nosotros creemos que ese cambio es un salto al vacío en muchas cosas, porque ninguna de las cuestiones de las que plantea Milei se realizaron en otras partes del mundo. Schiaretti y Randazzo son la expresión racional del cambio. Somos los que nunca entramos en la grieta. Somos lo que decimos que más temprano que tarde este país va a necesitar un gobierno de unidad nacional para dar gobernabilidad, y los cordobeses vamos a precisar de más diputados para seguir defendiendo los intereses de nuestra provincia.