Andy Hamilton se casó con Gemma luego de ocho años relación y llevaban tres de casados cuando empezó a sospechar lo peor: una infidelidad. De un día para el otro, su personalidad comenzó a cambiar y se sintió más paranoico que nunca, lo cual era extraño.
Ella, por su parte, no entendía por qué su marido, que solía ser cariñoso, se había vuelto distante e incluso desinteresado de su hijo recién nacido. Después de una serie de sucesos inusuales, Andy decidió consultar con un especialista y se llevó la peor noticia.
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Uno de las actitudes de Andy, de 54 años, que más llamaron la atención de su familia fue que se quedó dormido cuando nació su cuarto hijo, como si hubiese sido un hecho que no merecía su interés. Con el tiempo, dejó de ocuparse de sus otros hijos y de su esposa como nunca antes.
Gemma, de 37 años, comentó en diálogo con The Sun: “Le pedía a Andy que le cambiara el pañal a Henley (su hijo), a lo que él decía que le dolía la cabeza y que yo tenía que hacerlo. Al principio pensé que era una excusa y que estaba luchando por adaptarse a la vida con dos nenes pequeños. (...) Su paranoia le hizo creer cosas que no eran ciertas”.
En un lapso de tres meses, la condición de Andy empeoró y sus episodios de confusión comenzaron a ser diarios y cada vez más violentos. “Él seguía diciendo que sabía que todo estaba en su cabeza, pero no podía detener esos pensamientos”, explicó la mujer.
El momento límite fue un día que el hombre estaba haciendo la cama y, repentinamente, no sabía cómo sacar el acolchado. Este hecho lo preocupó y no esperó en ir a realizar una consulta con un especialista. De camino al médico, se descompuso y tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital por una sospecha de infección.
En tan solo 24 horas, la condición de Andy se había deteriorado notablemente y, junto a su familia, estaban a punto de averiguar la verdadera razón de los cambios en sus comportamientos. Después de una serie de análisis, el hombre fue diagnosticado con un tumor cerebral de glioblastoma (GBM), un tumor agresivo y de rápido crecimiento que suele ser el más común en los adultos.
Tras la terrible noticia, se sometió a una cirugía para reducir el volumen del cáncer acompañado de seis semanas de sesiones de radioterapia y quimioterapia combinadas. “Inmediatamente después de la operación, el humor de Andy cambió y su personalidad se parecía al viejo Andy”, expresó Gemma.
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Actualmente, el padre de cuatro hijos sigue luchando contra su enfermedad y se encuentra realizando un segundo ciclo de quimioterapia para aumentar sus posibilidades de recuperación. “Nos sentimos mejor sabiendo que había algo a quien culpar por el comportamiento de Andy y que no era nuestro matrimonio el que se estaba desmoronando”, concluyó su esposa.
