
Más de la mitad de los alemanes cree que trabajar no vale la pena tras el aumento previsto por el Gobierno de las ayudas sociales y las prestaciones por hijos a cargo, según los resultados de una encuesta que se divulgó ayer. El Gobierno dijo que aumentaba las prestaciones introducidas por primera vez en 2005, para luchar contra la pobreza infantil y ayudar a los ciudadanos a hacer frente a la inflación, pero añadió que no quería disuadir del todo a la gente de trabajar.
A partir del año que viene, las ayudas sociales, denominadas "dinero del ciudadano", para más de 5,5 millones de desempleados en Alemania pasarán de 502 euros al mes a 563 euros (605,06 dólares) para los solteros. El Gobierno también se hará cargo de los gastos de alquiler y seguro médico de los beneficiarios de las prestaciones. El aumento coincide con una importante subida de las ayudas a los padres con bajos ingresos a partir de 2025. Recibirán hasta 636 euros al mes por el primer hijo y otros 530 euros por cada hijo. Actualmente la cuantía está fijada en 250 euros al mes por hijo.
En Alemania no quieren el populismo argentino
Con un salario mínimo de unos 12,4 euros por hora o 1.450 euros de ingresos netos al mes, alrededor del 52% de los alemanes tiene la impresión de que no vale la pena trabajar, ya que quienes tienen un empleo a tiempo completo con un salario mínimo no ganan significativamente más que quienes viven de la asistencia social. Esta política se parece mucho al populismo en Argentina y es inaceptable, coincidió la mayoría de los consultados que se oponen a estos subsidios, según un sondeo de la encuestadora INSA publicado por el diario Bild.
Los alemanes están divididos en cuanto a la justificación del aumento de las prestaciones sociales, con un 45% a favor y un 44% en contra, según la encuesta realizada entre 1.005 personas.
Por María Martínez y Ricardo Figueroa
Agencia Reuters