Como en sus épocas de soldado, Yassine Cheuko debe cumplir una misión cada vez que juega el Inter Miami y es la de custodiar a Lionel Messi. Sea como sea, el estadounidense, que es veterano de las guerras en Irak y Afganistán, hoy cumple su rol de guardaespaldas del mejor futbolista del planeta de forma muy celosa. No deja nada librado al azar. En las instalaciones de la franquicia de la Florida o en cada encuentro de visitante, es la sombra del crack argentino al que tiene en la mira a cada segundo. Una especie de “Terminator” programado para nada ni nadie se le acerque a La Pulga.
El seguimiento obsesivo va desde intentar impedirle acoso cuando Leo llega al Estadio DRV PNK o al que le toque actuar hasta ser un marcador más del rosarino de 36 años. Por caso, cuando Messi se tira por el sector izquierdo se lo puede ver a su custodio cómo lo sigue por esa banda. Sea en un desborde o traslado o hasta pegársele en un tiro de esquina (ha llegado a oficiar de alcanzapelotas ocasional). Incluso en uno de los primeros goles de Leo se acercó pese a que el jugador fue a abrazarse con sus hijos.