La madre de Luis Rubiales, Ángeles Béjar, fue internada de urgencia este miércoles y se encuentra en observación luego de estar tres días encerrada y en huelga de hambre en defensa de su hijo, cesanteado por 90 días del cargo de presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por haber besado a la futbolista Jennifer Hermoso en los festejos por la consagración en el Mundial femenino.
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La mujer fue ingresada al hospital Santa Ana de Motril. El lunes por la mañana se había encerrado en la Iglesia de la Divina Pastora de Motril (Granada), con el fin de encontrar la solución a la “cacería inhumana y sangrienta que están haciendo con mi hijo con algo que no se merece”, refiriéndose a la polémica del dirigente con la jugadora de la selección española.
Ángeles estuvo tres días encerrada y sin comer, en contra de los deseos de su hijo. Se quedó en la iglesia cuando el párroco se fue del lugar y le pidió a Jenni Hermoso que “diga la verdad” y “mantenga la versión que tuvo al principio de los hechos”. La mujer sostuvo en todo momento que “no hubo abuso sexual” y que su hijo es “muy honrado”.
Al momento de la internación, presentaba una importante hinchazón en las piernas, pudiéndose haber ocasionado por la acumulación de líquidos. También tuvo vómitos y mareos, así como un fuerte malestar físico. Un médico que la trató durante su estadía en la iglesia fue el que recomendó él traslado inmediato de la mujer a un centro sanitario.
Por estas horas, la mamá de Rubiales se encuentra en observación en el servicio de urgencias, bajo tratamiento. Se desconoce cuándo podrían darle el alta.
