Camisa blanca: un básico en clave elegante que sí o sí querrás llevar esta temporada
Es uno de los ítems esenciales del guardarropas femenino que ahora se instala como un aliado fundamental para looks arregladísimos, tanto de día como de noche

Muchos se sorprenderán al conocer que una simple camisa blanca puede convertirse en una prenda de alta costura; claro que el secreto para lograr un look de pasarela con este básico entre los básicos está en las elecciones que lo acompañen. Pero no solo se trata de pensar con qué prendas podemos llevarla sino también tienen un rol fundamental aspectos como la morfología, la textura, el corte y, aunque parezca insólito, el tono.

A lo largo del siglo XX, la camisa blanca se instaló como el ítem más regular del armario de hombres y mujeres, esto responde a un uso casi exclusivo que durante décadas tuvo en el ámbito laboral -en especial, en el caso de la indumentaria femenina. Sin embargo, en los últimos años, este clásico se despegó de esta asociación para volverse protagonista de looks elegantes y sofisticados que nos hacen ver glamurosos y que no debe faltar en nuestro guardarropas. ¿La razón? Su versatilidad.
Chic, clásica y atemporal, la camisa blanca siempre otorga un plus de elegancia ya se lleve con jeans, con un pantalón negro, con falda o incluso por debajo de un solero. Las texturas predominantes para este básico son el algodón, el lino o la seda; y desde hace un tiempo, la morfología oversized también es la favorita en camisería -algo impensado en otras épocas donde se buscaba destacar la silueta-, mientras que el blanco óptico o el off white ganan en las tonalidades más buscadas para esta prenda dentro del universo cromático.
Siempre versátil
Al momento de diseñar un look elegante a partir de una camisa blanca de algodón oversized se pueden pensar en distintas variantes que serán más o menos sofisticadas según el contexto donde vayamos a lucirla.

Si pensamos en un contexto urbano, de día o bien para un after o también para reunión formal, la fórmula infalible para llevarla y lograr un outfit simple y a la vez delicado es con jeans de corte recto, en tono celeste, acompañados de balerinas plateadas con transparencias y moño. Por supuesto, los accesorios tienen que destacarse y el tono plata es una buena opción para combinar con el blanco. Por ejemplo, unos aros XL colgantes con brillo, le darán un toque de distinción al conjunto.
Siempre en clave elegante, la camisa luce sensual y más juvenil si se desabotona y se anuda en la cintura; un tono mostaza subirá el look en un pantalón sastrero capri que deja al descubierto unos stilettos color peltre con pulsera, chic y súper femeninos. Ahora el dorado es el tono elegido para los accesorios, en un mix perfecto con el pantalón, esta vez con una gargantilla de eslabones grandes y aros geométricos destacados.

Por último, para una noche ultra sofisticada, nuestra aliada se luce completamente abotonada con una falda negra opaca voluminosa de corte irregular, con un gran lazo que envuelve la cintura para finalizar en un súper moño que se lleva hacia un lado. Las piernas, apenas por arriba de la rodilla, se ven súper sexies con medias negras transparentes y unas flats con textura aterciopelada, por supuesto, en un total black que se fusiona de manera impecable. El look soñado se completa con unos aros que simulan racimos perlas doradas y un mini maletín en charol craquelado con hebilla dorada y detalles de cuero.
En las tres propuestas, se impone un make up natural, que suma sofisticación, al igual que el pelo, con efecto wet ya sea suelto o recogido. Tres ejemplos que dan cuenta sobre cómo un básico, que nos conquista por su versatilidad, puede resultar un ítem inspirador que no pasará desapercibido sea cual sea el look que elijamos; claro, siempre en clave elegante.
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