COBWEB, el terror de la violencia escolar y familiar COBWEB, el terror de la violencia escolar y familiar
POR
HERALDO PASTOR
POR HERALDO PASTOR
Los créditos de apertura acompañan una descripción del pequeño protagonista y su situación: un niño que camina serio, cabizbajo rumbo a la escuela, a un aula que es un caos de alumnos indisciplinados, y se muestra solitario hasta en su casa. Un par de pinceladas bastan para pintar un panorama oscuro, ámbito propicio para la entrada del Mal. Que no se hace esperar. Peter se despierta una noche por ruidos en una pared de su dormitorio (la película se presentó también como "Toc toc toc"). Los padres le dan distintas explicaciones lógicas a estos eventos para que entienda que no hay nada sobrenatural. Pero estamos en el género del terror.
"Cobweb", debut en el largometraje del estadounidense Samuel Bodin (responsable de la recordada miniserie "Marianne", de 2019), es un relato gótico con todas las de la ley: caserón tétrico (de llamativo contraste, bastante artificial, con el resto de las locaciones, más luminosas), fantasma, enigma a resolver (como en un policial, aquí con dos "investigadores": el niño y la maestra).
El gótico como representación simbólica
Tal cual suele suceder en otras piezas del género, hay espacio para una lectura simbólica. Desde este punto de vista, "Cobweb" se puede leer como una historia de crecimiento, de descubrimiento; el fantasma puede interpretarse como el otro yo del niño que, con esa proyección en un ser aparentemente externo, consigue reaccionar a un ambiente que le es hostil y animarse a contragolpear.
No son extraños, pues, los símbolos, como esas calabazas podridas (representación de un hogar que está en descomposición) o el reloj de pie que tapa una puerta (ocultamiento o bloqueo del pasado) o los golpes mismos (llamados a la aventura mítica del pequeño héroe).
A medida que avanza, la narración va perdiendo el tono sobrio del comienzo y comienza a predominar la desproporción en la exposición del conflicto: así, los compañeros son muy violentos en el acoso y los padres tienen aspecto de psicópatas. Esto mismo, que podría considerarse incluso inverosímil, da lugar a escenas de gran tensión y franco terror. Es como si se parodiara el estilo artificioso de los cuentos maravillosos.
No todo es pan dulce como parece
Bodin, sobre un guion de Chris Thomas Devlin, proporciona algunos elementos propios del espectáculo pochoclero: varios sustos (algunos vulgares, muy de tren fantasma) y diversas imágenes "creepy" que harán las delicias de quienes gusten de este estilo de lo espeluznante. Si la trama puede lograr cierta efectividad y no naufragar en dicha desproporción, es porque cuenta con la identificación inmediata del espectador, trabajada (como mencionamos) desde el prólogo, ante niños que sufren distintos tipos de violencia. Imposible no involucrarse con lo que le sucede al niño y esperar ver su liberación de ese sufrimiento.
"No todo es tan dulce como parece", le dice el padre, cuando Peter siente que el veneno que les ponen a las ratas tiene olor a almendras, el típico del cianuro. Aparte de que lo peligroso de la sustancia sea un factor de tensión para la trama y casi tenga un sentido de prolepsis narrativa (pues anticipa lo que va a pasar), aquella frase es en gran medida una clave para que miremos "Cobweb".
Tampoco es que las revelaciones que se proponen relato sean demasiado sorprendentes; hay varias películas con la misma "explicación" final. Pero el realizador transita el lugar común de una forma dinámica y así la película resulta divertida si se entra en sintonía con su tono.