Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich perfeccionan sus estrategias para las elecciones de octubre, en busca de la Presidencia de la Nación.

"Bajo las luces del ring" era un programa radial de boxeo, de los años 70. Lo conducía Ulises Barrera, con Bernardino Veiga, Ernesto Maidana, Julio Ernesto Vila y otros. Bajo esas luces comentaremos esta pelea de tres, que tiene como premio, a quien resulte ganador, la Presidencia de la Nación.

Ya entramos en la segunda semana post-PASO, que fue el primer round, y el tortazo que pegó Javier Milei parece haber dejado a sus rivales en situación de "grogui". Uno, Sergio Massa, parece esos boxeadores a quienes les tambalean las piernas y buscan agarrarse a cualquier cosa (las cuerdas, las piernas de su adversario, o las del árbitro) para no caer. Patricia Bullrich, siempre tan guerrera y segura de sí misma, parece no reaccionar. Está de pie, pero instintivamente sólo acude a levantar la guardia y estudiar qué hace Milei.

Le contesta algunas iniciativas económicas, como la cuestión de dolarizar, o no comerciar con China y Brasil, o cerrar el Mercosur, temas que no domina muy bien. Su fuerte es la inseguridad, pero de eso poco y nada se habla.

Milei dice ahora que no es "tan" así. Y le saca el acelerador a la motosierra. Patricia queda como desubicada, pero más aturdida aun, porque ve cómo su manager, Mauricio Macri, anda coqueteando con su principal adversario. Ha dicho que "no", pero por otro lado le larga una caricia a Milei, diciendo que piensa lo mismo que él, y que lo considera también como "parte del cambio". El cambio, lo que él propuso y lo llevó a la presidencia, pero que luego abandonó para hacer "kirchnerismo de buenos modales", como lo graficaría el diputado José Luis Espert. Es decir, no hubo "cambio", y como "premio" resultó que lo cambiaron a él.

A partir de ahí, se está encargando de esmerilar a todo aquel de su espacio que pretenda ocupar su lugar.

De Rodríguez Larreta ya se tomó revancha y encumbró a su primo Jorge, para sucederlo en la Ciudad de Buenos Aires. De modo que el apellido Macri siga siendo el "dueño" de la metrópoli, donde fundó el Pro. Y no deja de palmear la espalda de Milei. Juego a dos puntas que tanto mal le ha hecho a Juntos por el Cambio.

El que pegó primero

Milei ha pegado primero, el golpe quizás más importante, y sus rivales no logran reaccionar. A Bullrich la vemos indecisa, sobre todo en tomar la contraofensiva que sus adeptos le piden. Que use la "mano derecha en contra", acaso su mejor arma, personificada en Carlos Melconian y su equipo de la Fundación Mediterránea.

Urge, para los cambiemistas, que Bullrich largue al ruedo esa mano. Pero Bullrich dijo que esperaría un tiempo más, pues tiene "un par de puntos que aclarar todavía". Señora, el tiempo es veloz, los segundos pasan y si bien está en pie, fueron muy escuálidos los votos del 16% que logró en la primaria para seguir esperando. Su rival, Milei, no sólo "la primereó", sino que, con su estilo aguerrido, de constantes golpes al voleo, astuto y medio loco (¿es o se hace?), motiva la hinchada, ubicada en el ring-side o en las populares, y recibe el aliento de "¡pegue, pegue Peluca, pegue!".

Economía al rojo vivo

Bullrich debería responder con esa "derecha" que tiene en Melconián, más temprano que tarde. Es el único que puede rebatir, con técnica y racionalidad, la mejor arma de Milei, que es el manejo de la cuestión económica, donde nadando "hace la plancha". Sería más profesional que Patricia en explicar, por ejemplo, lo del bimonetarismo, que ella esgrimió frente a la dolarización de Milei. Massa, de economía, lo ha demostrado, sabe poco y nada, y Bullrich mucho menos. Massa simula que sabe, mientras por lo bajo toma otros atajos para sumar votos. Como "tentar" al antiguo derrotado de Patricia, Larreta, para que se vuelque a su favor y logre el doble propósito: vengarse de ella y vencer a Milei. Dicen en el entorno de Larreta que este seguirá con su otrora rival de las internas. Pero, cuidado, nunca ocultó su amistad con Milei.

 

Pronóstico arriesgado

Es demasiado pronto, pero así como van las cosas, se puede arriesgar un pronóstico, a prueba de que alguno de los contendientes "saque una mano perdida", de nocaut, y dé vuelta el panorama. Parece que nadie va a sacar a Milei de la segunda vuelta, si es que no gana en primera. Y si va a segunda ¿competirá con Patricia o Sergio? Con cualquiera de ellos, representantes del macrismo y el kirchnerismo, rivales furiosos de los últimos 20 años, el libertario puede que tenga la "mesa servida" para la gran final. Es tan duro el odio que se han enrostrado en ese periodo de alternancia, entre cristinistas y mauricistas, origen de la brecha, que es improbable que se presten los votos para ir contra Milei. Pienso que, por el contrario, será este quien reciba la ofrenda del tercero que quede afuera. Lo único posible, hasta ahora, para Patricia o Sergio, es ganar en primera. Les queda mucho por remontar, y no hay tiempo para perder. Este, juega a favor del que pegó primero. Como casi siempre ocurre arriba del ring.

> Las tarjetas de los jurados

El periodista Jorge Lanata, este domingo, sostuvo que "relojeó" las tarjetas de los jurados, encuestas con dudosa validez, y que dirían hasta ahora: Milei 40%, Massa 30% y Bullrich 20%. Si es verdad, a esta hora a Patricia estará por darle un ataque. Pero no se sabe. Massa, en medio del descalabro del dólar, los precios y las reservas, está intentando lograr adhesiones, con otro plan "platita", traducido en sumas fijas, bonos extraordinarios y acuerdos de precios en alimentos y medicamentos. Además, también tendió redes con radicales, el peronismo republicano, y candidatos perdidos como Guillermo Moreno, a quien adhiere D’Elia, y Santiago Cúneo. Estos últimos, dicen, lo van a apoyar.

 

Por Orlando Navarro
Periodista